domingo, 26 de enero de 2025

Cristina duerme sin frazada y Milei en Davos trató de encontrar una metáfora y la arruinó (Ricardo Roa)

 

Cristina duerme sin frazada y Milei en Davos trató de encontrar una metáfora y la arruinó - Por Ricardo Roa

Ficha Limpia es jueguito para la tribuna: no pasará en el Senado.
Milei asoció irresponsablemente a los gays con la pedofilia. 

Milei la tenía servida. O se la había dejado servida Trump. Viene de un año donde dio vuelta una economía que andaba a la buena de Dios. Domó una inflación de tres dígitos y terminó con el histórico déficit de las cuentas públicas. Chapeau. 

Y eso que llegó al gobierno con una mano atrás y otra adelante. Un puñado de cuadros, senadores y diputados que son minoría pura y más de uno es mejor perderlo que encontrarlo, y ni un solo gobernador. Trump lo puso a su lado, como un ejemplo de triunfador, el día en que volvió a la Casa Blanca. ¿Y qué hizo Milei? Llegó a Davos, que es la Premier League de los negocios, con tanto envión que siguió de largo.

Antes de seguir con esta película, vayamos a la otra que siguió pasando aquí. ¿La verdad? No pasó demasiado. De último momento: el despido del procurador Rodolfo Barra. La noticia es que esta vez parece que no lo echó Santiago Caputo. Pero el método fue el libertario de siempre: salvaje. Barra fue el último en enterarse.

De la agenda, empezaron las discusiones por las Extraordinarias y el dato mayor es que Cristina puede dormir tranquila. El Gobierno metió Ficha Limpia, que había borrado en acuerdo con ella. Pero es jueguito para la tribuna: si fuese aprobada por Diputados, no pasará en el Senado.

Ficha Limpia le impediría ser candidata porque Cristina tiene doble condena en la causa Vialidad, que destapó el monumental negociado con la obra pública de Santa Cruz. Hubo críticas al mileísmo por ese volantazo que retumbó en las redes, lugar sensible si los hay para el Gobierno. Ahora cantan pelito para la vieja: le cumplieron a Cristina y con el reciclado trucho del proyecto, le quitan una bandera al Pro.

Encima, Macri salió a criticar que hubieran gambeteado el Presupuesto, que afecta sobre todo a las provincias y es lo único que de verdad le importa a Milei, y lo cruzaron Frigerio y Torres, dos gobernadores propios que sudan la gota gorda para que la Rosada les tire algo de plata. Frigerio está arreglando el traspaso del puerto a Entre Ríos y Torres que la Nación se haga cargo de deuda de Chubut y le avalen créditos. Las efectividades conducentes. Hasta Ritondo corrió a desmarcarse del comunicado de Macri contra Milei, del que dicen sólo su primo Jorge estaba al tanto.

Lo más interesante está por venir: el chau a las Paso y el round final de la larguísima pelea por meter a Lijo en la Corte. El Gobierno no decidió qué hará. Una posibilidad es que envíe juntos los pliegos de Lijo y García Mansilla al Senado. La otra es mandar sólo el de Lijo, el único que pasaría el filtro de la Comisión de Acuerdos que domina Cristina. Datito: Cristina le ordenó a la catamarqueña Corpacci firmar ya por el sí.

Si elige esta opción, Milei tratará de meter a García Mansilla por decreto ni bien terminen las Extraordinarias y antes de las Ordinarias. Y sobre la mesa pondrá los 180 nominados para cubrir vacantes de jueces y camaristas, donde hay mucho para negociar porque hay candidatos de casi todos. En el Gobierno dicen: ese reparto depende de que aprueben a García Mansilla. También sumarán al combo la ampliación de la Corte y la designación del Procurador.

Entre las cosas interesantes: casi cuela como embajador en España Rodolfo D’Onofrio. El exitoso ex presidente de River meditó un par de días y se bajó. Razones personales. Hablando de Madrid: libertarios argentinos inauguraron sede en Chamberí, un barrio de moda que es como Palermo en la capital española. ¡Vamos por la internacional mileísta, carajo!

Bastante de eso se ve en la nueva visita de Milei a Davos: hacerse lo más conocido que pueda en la política mundial. Hace un año, ahí mismo, había ofrecido una clase magistral para decirle a los capitalistas que eran poco capitalistas y que tenían que ser menos tibios con la izquierda, que de tibia no tiene nada. Hizo entonces una ensalada mezclando a Hitler con el socialismo y ahora, potenciado por el efecto Trump, volvió a hacerlo con la inclusión, el feminismo, la inmigración, el aborto y los homosexuales. Demonizar al wokismo.

Se nota la pretensión de mostrar un andamiaje ideológico y moral. También, ideas que atrasan cien años y otras que, en el mejor de los casos, cuesta entender. Todo, además, cargado de violencia simbólica. Hay que darle la derecha en las cosas que hubo o hay acá de wokismo, en el sentido de poner las minorías por delante de las mayorías. Una fue el incordio infernal de los piquetes, grupos mínimos que toman de rehenes a decenas de miles.

Hubo más de ocho mil en 2023. La ciudad bloqueada por la extorsión piquetera y la pasividad oficial: desarmar cualquier piquete era criminalizar la protesta social, aunque todos supiéramos los curros y el uso político de la pobreza que había detrás. Otra gran hipocresía: poner la mirada de la seguridad no en el delincuente ni en las víctimas de los delincuentes sino en el sistema de seguridad. El kirchnerismo hasta obligó a los policías volver a sus casas desarmados, como si vivieran, como muchos de ellos, en Recoleta o en Palermo.

Oportunismo o simplemente estupidez: el lenguaje inclusivo para imponerle a la gente una forma progresista de hablar. Como si reemplazar vocales por la e cambiara la historia. El jefe del Ejército, general Pereda, decía soldadas; la ministra de Salud, Vizzotti, usaba x en las recetas que confundía a todos y todas. Y hablaban así a jubilados en el Pami y hasta en la villa de Retiro la ministra porteña, Migliore. Para no quedar atrás, Soria, de Justicia, inventó la palabra fiscala. Todas truchadas.

Hay cosas mucho más serias y delicadas, como el aborto, que nunca debieran someterse a la politiquería que siempre atrasa. Lo mismo con la homosexualidad, que Milei asoció irresponsablemente a la pedofilia en un caso de adopción en Estados Unidos. Allí, el secretario del Tesoro de Trump, Scott Bessent, del cual depende la aprobación del préstamo del FMI que Milei mismo fue a gestionar, está casado con un conocido ex fiscal del Bronx con el que tiene dos hijos adoptivos. ¿En qué categoría de la cultura woke los ubica Milei? No sea cosa que lo que se llama la revolución del sentido común termine en una nueva forma de fanatismo.

Ricardo Roa

(Vía Notiar)

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