domingo, 4 de agosto de 2024

"Milei y Macri hablan de una alianza, pero sueñan con matrimonios distintos"

 


*Milei y Macri hablan de una alianza, pero sueñan con matrimonios completamente distintos* ✍️| Ignacio Miri Macri está convencido de que Caputo es su más ferviente cuestionador. Cerca de Milei creen que no necesitan el apoyo del PRO para gobernar. En privado y también en público, Javier Milei y Mauricio Macri llevan meses hablando de construir una alianza entre La Libertad Avanza y el PRO. Pero esa conversación, a pesar de su longevidad, sigue tan estéril como en el momento cero de su relación. Es difícil encontrar dos dirigentes de partidos distintos con tantas coincidencias sobre las medidas económicas que necesita hoy la Argentina. Milei y Macri dicen, sobre ese tema, casi exactamente lo mismo. Esa afinidad no es cualquier afinidad: comparten ideas sobre el tema de mayor complejidad de las últimas décadas. ¿Por qué, entonces, no logran ponerse de acuerdo en cómo construir una coalición política, que sería la consecuencia más esperable luego de coincidir en los lineamientos básicos de un programa económico? La respuesta más directa es que -por decirlo en los términos en que lo puso Macri- los dos quieren casarse, pero no quieren casarse por los mismos motivos. Milei está buscando una coalición electoral pero que no implique un acuerdo de Gobierno, y Macri habla de una coalición de Gobierno pero que, al menos hoy, no implique la fusión de las listas electorales. Esa diferencia puede ser leída como un trabalenguas o una mera jugarreta semántica, pero, como ya la hicieron explícita los dos protagonistas, se transforma en un punto de partida pésimo para cualquier clase de matrimonio político. Se pueden dar ejemplos de las divergencias. El lunes por la noche, cuando se reunieron en Olivos, Milei le mencionó su idea de que Macri encabece una lista de senadores conjunta en la Capital Federal el año que viene y el ex presidente le recordó el sinnúmero de demoras y morosidades que colecciona el Gobierno desde que llegó al poder, entre ellos la licitación de la Hidrovía en los ríos del litoral argentino. Uno hablaba de Venus y el otro de Marte. A eso hay que agregarle la desconfianza con la que los entornos de los dos jefes reciben las propuestas de sus contrapartes. Los macristas dicen que Milei quiere dejar sin espacio electoral y hacer desaparecer al PRO y los mileístas dicen que lo que quiere Macri es quedarse con un gobierno que no le pertenece de ninguna manera. ¿Tiene destino feliz esa relación o habrá divorcio antes de que se formalice el matrimonio? Macri dijo una y otra vez en las entrevistas que dio esta semana que seguirá defendiendo al Gobierno porque cree que Milei está bien orientado y tiene el coraje suficiente para llevar adelante las reformas que él siempre buscó. Elogió con mucho énfasis al Presidente, pero con la misma persistencia castigó al grupito de funcionarios que lo rodea. Cuando le pidieron que fuera más explícito, blanqueó que sus críticas se dirigen a Santiago Caputo. Macri está convencido de que Caputo es el más ferviente opositor a la llegada de macristas al Gobierno. En su oficina de Vicente López recibe casi semanalmente mensajes de funcionarios que le cuentan que Caputo vetó sus nombramientos porque los consideró macristas. Durante varias semanas, incluso, Macri recibió informes que le preparó Jorge Triaca con un mapa de la administración pública nacional, en el que se veía cuántos cargos del organigrama siguen ocupados por gente nombrada por Alberto Fernández o por Sergio Massa. Para no hablar de esos informes, Macri citó el jueves una frase del ex jefe de Gabinete Nicolás Posse en la que calculó que el nuevo Gobierno sólo había ocupado la mitad de los cargos del organigrama. En los alrededores de Caputo no se apasionan por desmentir esa percepción de Macri. “Va a seguir todo igual, no va a entrar gente porque lo pida Macri”, dijeron en la Casa Rosada en las últimas horas. La verdad es que quienes rodean a Milei no creen necesario un acuerdo firme y duradero con el PRO. Ellos consideran que el electorado de Macri ya está en manos de Milei y que el Presidente no necesita una alianza con otro partido para gobernar. Están convencidos, incluso, de que el PRO será presionado por sus votantes para que sus diputados y senadores sigan trabajando para Milei y enfrentando a quienes decidan pararse en la oposición. Macri, en cambio, sabe que su espacio en el electorado fue capturado en parte por Milei pero entiende que el PRO tiene que seguir existiendo, entre otras cosas para representar a los electores que están de acuerdo con el rumbo económico y descontentos con la desorganización y las formas violentas e intolerantes del Presidente. “No hay nadie sensato que quiera que el PROdesaparezca”, suele repetir el fundador del partido. Es probable que el PRO siga desempeñando la función de contener el crecimiento de opciones más frontalmente opositoras a Milei, porque esta es una época de minorías intensas más que de mayorías abrumadoras. El Presidente tiene hoy el apoyo de la mitad de la población, pero en ese grupo hay que contar a los electores que ya votaron en varias elecciones al PRO y que pueden encontrar en sus boletas la posibilidad de votar a un oficialismo más a su medida. Sin embargo, el posicionamiento de Macri y de los dirigentes que lo acompañan requiere de un trabajo muy fino y constante para diferenciarse de Milei sin correrse del oficialismo. “Este camino es fino pero si hacemos las cosas bien puede convertirse en una autopista”, dijo en privado Macri sobre el futuro de su partido. La otra cuestión que hay que considerar es que el primer escollo que enfrentará este matrimonio nominal es una elección legislativa. Este turno electoral, como todos los de mitad de mandato, tiene la particularidad de que no es una sola elección nacional, sino una colección de elecciones provinciales en las que se votan cargos nacionales. La lista de los diputados que se vota en Santa Fe, por ejemplo, es diferente a la que se vota en La Rioja, y lo mismo ocurre en todas las provincias. El detalle es que la alianza que sostiene cada lista puede ser diferente. Para decirlo de otro modo: en 2025, Macri y Milei pueden casarse en algunas provincias y divorciarse en otras.

3 comentarios:

  1. El problema es que los dos quieren ser presidentes

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