miércoles, 16 de diciembre de 2015
"La DiKtadora". Impresionante anécdota que cuenta La Nación, DE UNA DÉSPOTA
Optimistas, en Casa Rosada ya hablan de "ola positiva"
Funcionarios creen que la catarata de anuncios generó un "colchón"
La anécdota la contó un testigo, de los pocos a los que Mauricio Macri permite ingresar en su intimidad. El largo día de su asunción presidencial, Mauricio Macri y Juliana Awada ingresaron en el ascensor exclusivo de la Casa Rosada. "Qué calor, ¿no?", le dijo Macri a la ascensorista segundos antes de que la empleada rompiera en llanto. Un rato después, Macri supo el porqué de la reacción: Cristina Kirchner, la usuaria anterior del ascensor, le tenía prohibido hablarle, o siquiera mirarla mientras subía hacia su despacho.
En Balcarce 50 creen que la emoción de la ascensorista no fue ni es casualidad. Que los cambios de modos y de estilo liderados por el nuevo Presidente impactaron tanto dentro como fuera de la Casa de Gobierno, cinco días después del final de 12 años de kirchnerismo. "Es como un centrodelantero que tira desde cualquier lado y la emboca igual. Estamos en ese momento y hay que disfrutarlo", bromea a LA NACION José Torello, amigo de Macri de toda la vida, asesor y virtual ministro sin cartera.
Mientras conversa en un pasillo del primer piso con el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, Torello cree que los primeros pasos de la gestión (la reunión con gobernadores y excandidatos presidenciales, el rechazo al memorándum con Irán por vía judicial, la eliminación de todas las retenciones menos la soja) ofician de "colchón de buenas noticias" que servirá, y mucho, cuando llegue el momento de los tragos amargos.
"Mucha gente que no lo votó a Mauricio dice: mirá vos, este tipo habla con todos, quiere decir que el miedo que metieron (desde el kirchnerismo) era infundado", agrega Torello.
"Voy a guardar los diarios de estos días. No se van a repetir", coincide con ironía otro funcionario que reparte su tiempo entre el gobierno nacional y la gestión de María Eugenia Vidal en la gobernación bonaerense.
En la planta baja de la Casa Rosada, donde trabajan los equipos de comunicación y la Secretaría de Medios que encabeza Jorge Grecco, se respira un aire de optimismo parecido. "Tuvimos picos altos, como la reunión con los gobernadores, que cayeron bien en la clase política y en la opinión pública. Ojalá dure toda la vida este estado", afirmaron cerca de la oficina que ocupara el anterior secretario de Medios, Alfredo Scoccimarro. Allí, un enorme gancho delata la ausencia de un cuadro de Néstor Kirchner que el exfuncionario se llevó luego de la derrota de Daniel Scioli en la segunda vuelta electoral.
En la misma planta baja, el ministro del Interior Rogelio Frigerio y sus colaboradores hablan de nuevos nombramientos. Aún tienen en sus escritorios la carta de despedida de Florencio Randazzo, en las que les deseó "suerte en la gestión" y en "la segunda etapa de la reforma política", según contaron cerca del despacho del ministro. "Es todo buena onda. Aprovechemos", afirman, esperando lo que vendrá.
"Voy a guardar los diarios de estos días. No se van a repetir", coincide con ironía otro funcionario que reparte su tiempo entre el gobierno nacional y la gestión de María Eugenia Vidal en la gobernación bonaerense.
En la planta baja de la Casa Rosada, donde trabajan los equipos de comunicación y la Secretaría de Medios que encabeza Jorge Grecco, se respira un aire de optimismo parecido. "Tuvimos picos altos, como la reunión con los gobernadores, que cayeron bien en la clase política y en la opinión pública. Ojalá dure toda la vida este estado", afirmaron cerca de la oficina que ocupara el anterior secretario de Medios, Alfredo Scoccimarro. Allí, un enorme gancho delata la ausencia de un cuadro de Néstor Kirchner que el exfuncionario se llevó luego de la derrota de Daniel Scioli en la segunda vuelta electoral.
En la misma planta baja, el ministro del Interior Rogelio Frigerio y sus colaboradores hablan de nuevos nombramientos. Aún tienen en sus escritorios la carta de despedida de Florencio Randazzo, en las que les deseó "suerte en la gestión" y en "la segunda etapa de la reforma política", según contaron cerca del despacho del ministro. "Es todo buena onda. Aprovechemos", afirman, esperando lo que vendrá.
Vieja judia nazi.Es una enferma mental !!!!
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