viernes, 6 de marzo de 2020

Manzanares, el excontador de los Kirchner, denunció que lo espían y buscan intimidarlo. Una voz en el teléfono encriptado le mencionó datos privados de su hijo menor

Image from Gyazo

Una llamada a un teléfono encriptado, en un horario aleatorio. Del otro lado una voz masculina. Fueron pocos segundos, pero en este mensaje se dieron datos precisos de su hijo más chico, información sobre movimientos en una oficina e información que no era parte de la rutina de monitoreo. Del otro lado, Víctor Manzanares, escuchó sin margen a repreguntar nada. La situación “fue irregular”, manifestó. El teléfono es específico y corresponde al programa que lo monitorea por contar con tobillera electrónica. No se utiliza para nada más que para saber dónde se encuentra el ex contador de Cristina Kirchner. Con la sospecha de que está siendo espiado, Manzanares denunció esa amenaza ante el Juzgado Federal 1 de Río Gallegos y sus abogados reclaman un sistema que garantice seguridad.


El hijo menor de Víctor Manzanares, utiliza un pseudónimo en la intimidad familiar, casi como un juego de roles, algo que como otras cuestiones forma parte de la cotidianidad de unos pocos. Ese apodo es el que escuchó el ex contador de los Kirchner por teléfono hace pocos días. Por propia voluntad, en mayo del año pasado el contador dejó el programa de testigos e imputados protegidos -al que ingresó después de ser uno de los 31 arrepentidos del caso cuadernos-. Su decisión estuvo impulsada por el plan de regresar a Santa Cruz tras haber sido excarcelado, pues desde el programa le señalaron que allí no podrían darle continuidad a las medidas correspondientes a un imputado protegido.

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