sábado, 22 de febrero de 2020

El robo del siglo (por Waldo Wolff)

Todo estuvo perfectamente planeado. El 20 de diciembre votaron la emergencia económica que le daba poder al Ejecutivo para reasignar partidas presupuestarias entre otros múltiples atributos discrecionales. Nobleza obliga, debo decir que se ganaron el derecho a hacerlo a fuerza de legítimos votos.

Pero la planificación del robo siguió con la forma y el fondo del anuncio. Como primera medida les sacó a los jubilados -quienes no tienen obligación de votar-, una estrategia perversa, si las hay. Si bien el aumento se cobrará en marzo, fue anunciado ahora para que los jubilados no se movilicen en este momento. Ante todo es necesario destacar el día y la hora: viernes 14 de febrero –Día de los enamorados- a las 18 y previo al cambio de quincena. Hay que reconocerles picardía criolla para que semejante misil al bolsillo de 2.5 millones de jubilados se diluya además con la complicidad de múltiples espacios de propaganda partidaria disfrazados de comunicadores.

Pasemos en limpio el despojo en números: les sacaron a 2.5 millones de jubilados $4.451.000.000 para darle $924.000.000 a 4.3 millones de ellos. En el medio manotearon del sistema previsional $3.527.000.000. En promedio, los jubilados que percibían por arriba de la mínima perdieron el 52% de lo que debían percibir con la fórmula anterior. Todo esto solo dos meses después de que el presidente anunciara en campaña que licuaría Leliqs para garantizarle poder adquisitivo a los jubilados mientras pagó estas letras y les recortó a los pasivos. Todos los políticos en campaña prometen cosas que después, cuando ejercen el poder, resultan difíciles de cumplir, pero pocas veces se vio un presidente que desnude sus mentiras de manera tan grosera y tan rápidamente.

Pero vayamos a los robos más perversos y nefastos que esta acción nos deja:

-En primer lugar, nos robaron la cultura del trabajo a millones de argentinos que mamamos en nuestra educación el simbolismo del sacrificio y su contrapartida traducida en los resultados del esfuerzo. Políticos millonarios que no pueden justificar sus propiedades en Puerto Madero y que se perpetúan en el tiempo nos conminan a un despojo por decreto de lo aportado por ley llamándolo “solidaridad”. La solidaridad es voluntaria. Si es compulsiva, en mi barrio, le dicen robo. Pero además inoculan, en gran parte de la población, un resentimiento que viene a alimentar este círculo defectuoso en el cual muchos le sugerirán a sus hijos que se registren por el mínimo y perciban algún excedente -si lo hay, en negro- ya que la resultante de su trabajo será expropiada por el líder populista de turno. Ergo, más marginalidad y más populismo que entronará a iluminados de turno que repartirán nuevamente a discreción.

-En segundo lugar, nos robaron la palabra. Así los medios oficialistas titularon “Las nuevas jubilaciones o el rompecabezas de un aumento con matices” y el gremialista militante del ajuste, Hugo Yasky, consideró que la cláusula gatillo es indexatoria y genera inflación mientras la otrora defensora de los jubilados, la diputada Mirtha Tundis, quien lloraba desconsolada por los canales de televisión durante la gestión pasada, hoy tiene paradero desconocido.

-Por último, el presidente Fernández que salió a decir en los medios: “Algunos opositores y algunos medios quieren hacerle creer a la gente que estamos haciendo un ajuste”. Yo me anoto en esa lista, presidente. En los que llaman las cosas por su nombre. Fui diputado de Cambiemos cuatro años y puse la cara en cuanto programa de televisión hubo sin usar ninguna metáfora. Recompusimos el Indec y cuando la inflación nos golpeaba ahí estábamos sin robarle el significado a las cosas. Estuve al lado del presidente Macri cuando tuvo que anunciar retenciones y dijo, con todas las letras, que era una mala medida y que tenía que hacerlo temporalmente para preservar el bien general al igual que cuando instauró el cepo luego de perder las elecciones y de que el mundo se diese cuenta de que otra vez corríamos el riesgo de regresar al relato, el reto y la mentira.

Entiendo las responsabilidades del poder y aporto desde los 18 años al sistema previsional. Puedo y debo discutir las imperfecciones del sistema y tengo la obligación de colaborar para que este armado populista que colapsó con la incorporación de más de 3.600.000 nuevos jubilados sin aportes durante el último gobierno kirchnerista sin que nadie explique de dónde sacar la contrapartida presupuestaria y la duplicación del peso del Estado sobre el PBI del 21% al 42% durante el mismo lapso, se recomponga y nuestro país deje de estar lógicamente estancado ante tan desequilibrado ecosistema insostenible.

Pero no nos robe la racionalidad. No nos robe la palabra. No nos robe el sentido común. No nos robe la cultura del trabajo. No nos robe la historia del esfuerzo.

Y por último que no le roben a usted la posibilidad de lograr el apoyo de los que, a pesar de nuestras diferencias, estamos dispuestos a acompañar los sacrificios que haya que hacer, pero nunca a costa de otra vez relato, reto y mentira.

El autor es diputado nacional (Cambiemos)

Fuente: Infobae


3 comentarios:

  1. De Alicia Bibiana Berini.
    22/02/2017

    Voy a hacer ejercicio de mi ciudadanía argentina: Voy a quejarme.
    Y eso en lugar de contravenir lo que quiero decir, lo confirma.
    El adagio: No se queje sino se queja, ha prendido muy fuerte en nuestra sociedad. Lo que no alcanzamos a ver es que el abuso de la queja la convierte en una cantinela que no se oye, estéril e improductiva en el sentido de lo que se pretende obtener pero que funciona en un grado de toxicidad y envenenamiento que nos anula y nos hunde en el desánimo .
    La gran mayoría de mis contactos de FB son personas inteligentes, que ya han atravesado gran parte de sus vidas, han hecho carreras de grado o de vida. Muchos de ellos han viajado y conocen el mundo no sólo turisticamente. Y saben o al menos sospechan que los paraísos no existen. Y ya fuera de FB, el grupo aunque más amplio y colorido me sirve como muestra, y me llevan a la misma conclusión: los argentinos adolescemos de un mal que no termina de matarnos pero que nos hace el camino espinoso, de salida dudosa y futuro auto boicoteado
    Ese mal, síndrome, estereotipo o como quiera llamársele es "el factor psicológico negativo argentino" y que tan bien han ilustrardo los extranjeros cuando dicen que un argentino es la persona que a cada solución le encuentra un problema.
    Permitaseme una generalización y también que obvie muchas cosas buenas de mis connacionales pero una nota requiere brevedad.
    Quejas, quejas, quejas. La mayoría inconducentes, todos somos sabios o sabiondos, todos pontificamos.
    En está salsa criolla, crisol de razas, parece que hay algún gen recesivo que nos lleva al mismo lugar, al fracaso.
    Pero he ahí una cosa curiosa, ninguno de nosotros admitiría de viva voz que es un fracaso, salvo, claro está, que nos metamos en el grupo: los argentinos. Entonces, no tenemos problema, y decimos: ¿qué queres en este país de miercoles? Que el todo sea más que la suma de las partes parece liberarnos de la responsabilidad personal. Nos crea la ilusión de que esta frustración de no ser el pais que potencialmente pudimos ser es producto exclusivo de la culpa del otro. Buscar el chivo espiatorio nuestro deporte nacional. El país somos todos y cada uno con grieta incluida. Inclusive aquel hermano que por bastardo me cuesta reconocer.
    No podremos salir de ninguno de los problemas mientras no hagamos un cambio mental, hasta que estemos convencidos efectivamente que estamos en condiciones de manejar nuestras vidas, nuestro país con los problemas propios: culturales, políticos,económicos,geopolíticos etc.erc
    Recordemos que si pensamos que no podemos, efectivamente no podemos.
    Lo cierto es que el Libro de quejas es tan grande y tan pesado que ya nadie lo lee, o lo hace porque necesita de la dosis diaria de veneno que lo identifica con su sociedad.

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  2. Me movilizo en todas las marchas, hay que estar atentos. En la de jubilados se organizó para el día de San Valentín, recambio turísitico y con calor. Unos NN arengaban de ir a la plaza. Una chica que actuaba de buena fe quería impedirlo porque por esos factores no éramos muchos y ella consideraba que era un boicot K. Pero no importa le dije, nosotros somos peligrosos, porque no tenemos nada que perder. Así que fui y les grité lo que son LADRONES. No había micros, ni choripán ni nada. No estaban los "jubilados" moratorios-planeros, pero se dejó en claro lo que son: BURDOS CHORROS

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