Lo del tuerto es verdad, vieron como es este caradura!hipócrita, mentiroso, y si está tan feliz, es porque es una basura! La Ventana siempre lo dijo: solo los lameculos, los arrastrados decía que todo estaba bien, la separación fué escandalosa!enseguida, e inmediatamente el gato de turno un escándalo también la separació, luego esa colorada delincuente! y después esta,(para mi? la peor de todas) Y A TODO ESTO? las hijas? LA MAYORIA DE LOS HOMBRES QUE SE SEPARAN, tienen un poquito de pudor, este? se las llevaba a la casa a dormir al lado de las hijas. TODOS PENSABAN COMO NOSOTROS, nadie como nosotros, HASTA ESCRIBIO UN LIBRO!!!!basura, rata, ni Maradona hizo semejante escándalo, ahora es por su dinero. PERO BASURA COMO ESTA NO HAY!!!! de la forma que separó a las hijas de la madre es de verdad la peor rata, y se merece lo PEOR!!!!! Yo le voy a mandar un tweet a la mujer esa, doña Rímolo
Puede que vivas por más años, pero lo sorete moral que sos no te lo quita nadie. Aparte la joroba. PUAJJ! Dejá Londres y mudate a París para reemplazar a Cuasimodo en Notre Dame.
Juas! Jorgito seguro vivirás por muchos años más para pagar en este mundo todas tus maldades. Todavía tenés cuerda para rato....Pero para ver cómo te seguirán cuerneando, y la fulminación de parte de tu hija Mo. ¡Estás a punto de convertirte en higo podrido! Morena sigue con el bardeo.
Che misógino serial. Mejor comprá un pasaje de regreso Londres - Venezuela. Tu hija Morena te va a sacar los trapitos al sol que muchos ya sabemos de antes: "empresario" KK de viñedos, indumentaria y medios virtuales. Entre UFI y AFIP están confeccionando tu ficha. Si pudiste zafar con la denuncia de violación de tu hija, tu parentesco con Amado B, Kristobal L y Pires/Lázaro te va a llevar a Ezeiza.
¡Hay que ser reverendo HIJO DE UN CAMION DE PUTAS! Padre CERO La piba Mo está al borde de colapso psiquiátrico y este tipejo basura se escapa a Londres con su gatienzo de turno. Qué par de soretes morales papu y madrastra!
Jorge Ricardo Rial, hijo único de Ramón y Victoria, nació el 16 de octubre de 1961, en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires. A los cinco meses de haber nacido la familia lo lleva al barrio de Munro, donde se crió y pasó toda su adolescencia.
Su padre, Ramón, era el almacenero del barrio y su madre, Victoria, una típica ama de casa. El almacén donde el pequeño Jorge pasaría los primeros años de su vida, estaba ubicado en la esquina de las calles Alvear e Italia, en el barrio de Munro.
Puesto que la casa de los Rial era muy pequeña y estaba comprendida únicamente por una habitación, donde dormían sus padres; una cocina y un baño ubicado tras cruzar el patio del inmueble; este almacén que se encontraba al lado de la casa, cumpliría además el rol de dormitorio de Jorge hasta los nueve años de edad.
Todas las noches, al cerrar el local, le bajaban una cama desplegable, donde Jorge dormía, hasta las seis de la mañana, cuando la llegada diaria de los proveedores de mercadería le interrumpía el sueño. Así literalmente se puede decir que durante aquellos años su vida acontecía en gran parte en aquel local entre galletas y otros comestibles que se vendían y estaba marcada por los horarios laborales de su padre.
Durante los meses de verano, solía recostarse debajo de unos tanques de kerosén que tenían en el almacén y donde el ambiente estaba más fresco que en el resto del local. Fue en ese rincón donde comenzó a desarrollarse su amor por el periodismo, ya que solía ir ahí a escuchar la radio o a leer su diario predilecto por ese entonces, Crónica.
Muy a pesar de él, sus padres, creyendo que recibiría una mejor educación, cosideraron como mejor opción enviarlo a una costosa escuela privada, el Instituto La Salle, ubicado en el barrio de Florida, Vicente Lopez. Tanto Ramón como Victoria tuvieron que hacer un gran esfuerzo para poder costear los gastos que se requerían para que Jorge pudiese seguir estudiando en aquella institución privada.
Esto no se los perdonaba a sus padres, dado que su marcado caracter popular o como se suele decir de barrio, contrastaba con el ambiente general prevaleciente de aquella escuela, en donde pasó momentos difíciles y muchas veces se sintió discriminado por compañeros e incluso maestros.
Se sintió muy maltratado en el colegio, por las marcadas diferencias sociales, las cuales le hacían notar todo el tiempo; Rial era el típico chico, bien argentino y de barrio, donde jugar al fútbol en la calle con los amigos de la cuadra es casi una necesidad o donde lo que más cuenta en la vida son los llamados códigos barriales. Aquel lugar contrastaba por completo con el pequeño Jorge y no reflejaba para nada su personalidad. Tanto que suele mencionar que ese lugar, lo convirtió por largo tiempo en alguien muy resentido, puesto que creció con el recuerdo de lo mal que lo habían tratado, recordandole siempre que era "un niño pobre en una escuela de ricos". Tuvieron que pasar muchos años para que perdonase a sus padres por hacer un esfuerzo económico tan grande para enviarlo a un lugar que le hizo padecer tanto.Durante su infancia, Rial era un niño muy inquieto y rebelde, tanto que su madre no ahorraba golpes cada vez que lo encontraba realizando alguna travesura. El piensa que el amor de su madre se traducía en golpes; y que lo amaba tanto que le pegaba mucho. Una vez incluso, tras una diablura de Jorge, ella colapsó en furia, tomó un sachet de lavandina del mostrador y se lo arrojó directo a la cara. El envase se rompió y el niño tragó algo del líquido, teniendo que ser inmediatamente internado en el hospital por intoxicaciónJorge tuvo una adolescencia normal, con muchos amigos, novias, frecuentaba la cancha, salía a bailar por los lugares de moda de ese entonces; pero todo eso fuera de casa; ya que dentro de su hogar las cosas eran distintas; la relación con sus padres era distante y bastante gélida.
Su madre era muy estricta y pensaba que una buena educación para un hijo debía ser lo más dura posible. No era de expresarle sus sentimientos de cariño, salvo luego de pegarle, quizá en modo de arrepentimiento y siendo una manera de pedirle disculpas al hijo, según considera el adulto Jorge Rial de hoy día.
El vínculo con su padre no era mucho más estrecho; de hecho casi no tenían diálogo y se veían muy poco durante la semana ya que trabajaba todo el día y casi no tenía tiempo para estar con la familia, salvo los domingos que podían verse un rato. Recién años más tarde, cuando Jorge ya habría comenzado a dar sus primeros pasos en el periodismo y trabajaría para el diario Popular, es que se daría el mayor acercamiento con su padre. Todos los días al regresar su hijo del trabajo a las 4 de la mañana, luego del cierre de la redacción del diario, Ramón lo esperaba en la estación de Munro para cuidarlo y acompañarlo las seis cuadras que separaban a la estación de la casa. Ese trayecto de seis calles, caminando, era la única oportunidad en que solían compartir una conversación.
Las expresiones de cariño también eran nulas, ya que Ramón era más bien de los que piensa que no es muy masculino manifestar el amor que se le tiene a un hijo y fue recién en sus últimos días de vida que se ablandó y en los que padre e hijo lograron exteriorizar lo que sentían el uno por el otro y decirse que se querían.
Este distanciamiento con sus padres y el ambiente helado, en cuanto a relaciones respecta, que había en su hogar; hace que Jorge hoy tenga como recuerdos gratos de esa época, casi con exclusividad, aquellos que se relacionan a acontecimientos vividos en la calle con sus amigos. Rial recuerda con felicidad los momentos en que salía a la calle y se encontraba con sus amigos; la calle era la gran felicidad para él y suele decir que se crió en ella y que representa su verdadera educación básica. Si se debe calificar al joven Jorge Rial, se puede decir que era un callejero; con buenas y malas compañías. Vivió muchas experiencias que lo endurecieron pero a su vez lo hicieron aprender diversos métodos de supervivencia que no se pueden asimilar académicamente.
LEYENDO ESTO SEQUEN SUS CONCLICIONES!!!!!!! YO LO LLAMARIA UN RESENTIDO SOCIAL QUE LAMENTABLEMENTE REPITE SU HISTORIA CON SUS HIJAS!!!!!!!!
A esos padres habría que levantarles una estatua, porque vivieron para alguien que no fue merecedor de nada.
Además, no hay que creer ni la cuarta parte de su relato. Hay muchas imágenes (las voy a buscar en mi archivo) donde ambos padres junto a él reflejan en su mirada el amor que le tenían. Incluso hay una de Ramón teniendo a upa amorosamente a una de las nietas (no recuerdo a cual de las dos).
También lo dijo el tuerto HdeRMP, y semanas después k gó fuego.
ResponderEliminarPayaso, ridìculo!
ResponderEliminarLo del tuerto es verdad, vieron como es este caradura!hipócrita, mentiroso, y si está tan feliz, es porque es una basura!
ResponderEliminarLa Ventana siempre lo dijo: solo los lameculos, los arrastrados decía que todo estaba bien, la separación fué escandalosa!enseguida, e inmediatamente el gato de turno un escándalo también la separació, luego esa colorada delincuente! y después esta,(para mi? la peor de todas) Y A TODO ESTO? las hijas?
LA MAYORIA DE LOS HOMBRES QUE SE SEPARAN, tienen un poquito de pudor, este? se las llevaba a la casa a dormir al lado de las hijas.
TODOS PENSABAN COMO NOSOTROS, nadie como nosotros, HASTA ESCRIBIO UN LIBRO!!!!basura, rata, ni Maradona hizo semejante escándalo, ahora es por su dinero.
PERO BASURA COMO ESTA NO HAY!!!!
de la forma que separó a las hijas de la madre es de verdad la peor rata, y se merece lo PEOR!!!!!
Yo le voy a mandar un tweet a la mujer esa, doña Rímolo
Yo le pondría la foto de un cebu, por la joroba y los cuernos.
ResponderEliminarQue mal que esta este tipo, la maldad se le nota en el cuerpo.
ResponderEliminarPuede que vivas por más años, pero lo sorete moral que sos no te lo quita nadie.
ResponderEliminarAparte la joroba. PUAJJ! Dejá Londres y mudate a París para reemplazar a Cuasimodo en Notre Dame.
Dice la KK Romi que ama a este sorete moral mono viejo y jorobado en Londres.
ResponderEliminarAmor a $$$$ para compra carteras, zapatos o indumentaria.
Juas! Jorgito seguro vivirás por muchos años más para pagar en este mundo todas tus maldades.
ResponderEliminarTodavía tenés cuerda para rato....Pero para ver cómo te seguirán cuerneando, y la fulminación de parte de tu hija Mo.
¡Estás a punto de convertirte en higo podrido!
Morena sigue con el bardeo.
Che misógino serial. Mejor comprá un pasaje de regreso Londres - Venezuela.
ResponderEliminarTu hija Morena te va a sacar los trapitos al sol que muchos ya sabemos de antes: "empresario" KK de viñedos, indumentaria y medios virtuales.
Entre UFI y AFIP están confeccionando tu ficha.
Si pudiste zafar con la denuncia de violación de tu hija, tu parentesco con Amado B, Kristobal L y Pires/Lázaro te va a llevar a Ezeiza.
¡Hay que ser reverendo HIJO DE UN CAMION DE PUTAS!
ResponderEliminarPadre CERO
La piba Mo está al borde de colapso psiquiátrico y este tipejo basura se escapa a Londres con su gatienzo de turno.
Qué par de soretes morales papu y madrastra!
INFANCIA Y ADOLESCENCIA: DE JORGE RIAL
ResponderEliminarJorge Ricardo Rial, hijo único de Ramón y Victoria, nació el 16 de octubre de 1961, en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires. A los cinco meses de haber nacido la familia lo lleva al barrio de Munro, donde se crió y pasó toda su adolescencia.
Su padre, Ramón, era el almacenero del barrio y su madre, Victoria, una típica ama de casa. El almacén donde el pequeño Jorge pasaría los primeros años de su vida, estaba ubicado en la esquina de las calles Alvear e Italia, en el barrio de Munro.
Puesto que la casa de los Rial era muy pequeña y estaba comprendida únicamente por una habitación, donde dormían sus padres; una cocina y un baño ubicado tras cruzar el patio del inmueble; este almacén que se encontraba al lado de la casa, cumpliría además el rol de dormitorio de Jorge hasta los nueve años de edad.
Todas las noches, al cerrar el local, le bajaban una cama desplegable, donde Jorge dormía, hasta las seis de la mañana, cuando la llegada diaria de los proveedores de mercadería le interrumpía el sueño. Así literalmente se puede decir que durante aquellos años su vida acontecía en gran parte en aquel local entre galletas y otros comestibles que se vendían y estaba marcada por los horarios laborales de su padre.
Durante los meses de verano, solía recostarse debajo de unos tanques de kerosén que tenían en el almacén y donde el ambiente estaba más fresco que en el resto del local. Fue en ese rincón donde comenzó a desarrollarse su amor por el periodismo, ya que solía ir ahí a escuchar la radio o a leer su diario predilecto por ese entonces, Crónica.
Muy a pesar de él, sus padres, creyendo que recibiría una mejor educación, cosideraron como mejor opción enviarlo a una costosa escuela privada, el Instituto La Salle, ubicado en el barrio de Florida, Vicente Lopez. Tanto Ramón como Victoria tuvieron que hacer un gran esfuerzo para poder costear los gastos que se requerían para que Jorge pudiese seguir estudiando en aquella institución privada.
ResponderEliminarEsto no se los perdonaba a sus padres, dado que su marcado caracter popular o como se suele decir de barrio, contrastaba con el ambiente general prevaleciente de aquella escuela, en donde pasó momentos difíciles y muchas veces se sintió discriminado por compañeros e incluso maestros.
Se sintió muy maltratado en el colegio, por las marcadas diferencias sociales, las cuales le hacían notar todo el tiempo; Rial era el típico chico, bien argentino y de barrio, donde jugar al fútbol en la calle con los amigos de la cuadra es casi una necesidad o donde lo que más cuenta en la vida son los llamados códigos barriales. Aquel lugar contrastaba por completo con el pequeño Jorge y no reflejaba para nada su personalidad. Tanto que suele mencionar que ese lugar, lo convirtió por largo tiempo en alguien muy resentido, puesto que creció con el recuerdo de lo mal que lo habían tratado, recordandole siempre que era "un niño pobre en una escuela de ricos". Tuvieron que pasar muchos años para que perdonase a sus padres por hacer un esfuerzo económico tan grande para enviarlo a un lugar que le hizo padecer tanto.Durante su infancia, Rial era un niño muy inquieto y rebelde, tanto que su madre no ahorraba golpes cada vez que lo encontraba realizando alguna travesura. El piensa que el amor de su madre se traducía en golpes; y que lo amaba tanto que le pegaba mucho. Una vez incluso, tras una diablura de Jorge, ella colapsó en furia, tomó un sachet de lavandina del mostrador y se lo arrojó directo a la cara. El envase se rompió y el niño tragó algo del líquido, teniendo que ser inmediatamente internado en el hospital por intoxicaciónJorge tuvo una adolescencia normal, con muchos amigos, novias, frecuentaba la cancha, salía a bailar por los lugares de moda de ese entonces; pero todo eso fuera de casa; ya que dentro de su hogar las cosas eran distintas; la relación con sus padres era distante y bastante gélida.
Su madre era muy estricta y pensaba que una buena educación para un hijo debía ser lo más dura posible. No era de expresarle sus sentimientos de cariño, salvo luego de pegarle, quizá en modo de arrepentimiento y siendo una manera de pedirle disculpas al hijo, según considera el adulto Jorge Rial de hoy día.
Sobrecito so´vo..
EliminarEl vínculo con su padre no era mucho más estrecho; de hecho casi no tenían diálogo y se veían muy poco durante la semana ya que trabajaba todo el día y casi no tenía tiempo para estar con la familia, salvo los domingos que podían verse un rato. Recién años más tarde, cuando Jorge ya habría comenzado a dar sus primeros pasos en el periodismo y trabajaría para el diario Popular, es que se daría el mayor acercamiento con su padre. Todos los días al regresar su hijo del trabajo a las 4 de la mañana, luego del cierre de la redacción del diario, Ramón lo esperaba en la estación de Munro para cuidarlo y acompañarlo las seis cuadras que separaban a la estación de la casa. Ese trayecto de seis calles, caminando, era la única oportunidad en que solían compartir una conversación.
ResponderEliminarLas expresiones de cariño también eran nulas, ya que Ramón era más bien de los que piensa que no es muy masculino manifestar el amor que se le tiene a un hijo y fue recién en sus últimos días de vida que se ablandó y en los que padre e hijo lograron exteriorizar lo que sentían el uno por el otro y decirse que se querían.
Este distanciamiento con sus padres y el ambiente helado, en cuanto a relaciones respecta, que había en su hogar; hace que Jorge hoy tenga como recuerdos gratos de esa época, casi con exclusividad, aquellos que se relacionan a acontecimientos vividos en la calle con sus amigos. Rial recuerda con felicidad los momentos en que salía a la calle y se encontraba con sus amigos; la calle era la gran felicidad para él y suele decir que se crió en ella y que representa su verdadera educación básica. Si se debe calificar al joven Jorge Rial, se puede decir que era un callejero; con buenas y malas compañías. Vivió muchas experiencias que lo endurecieron pero a su vez lo hicieron aprender diversos métodos de supervivencia que no se pueden asimilar académicamente.
LEYENDO ESTO SEQUEN SUS CONCLICIONES!!!!!!! YO LO LLAMARIA UN RESENTIDO SOCIAL QUE LAMENTABLEMENTE REPITE SU HISTORIA CON SUS HIJAS!!!!!!!!
Sobrecito so´vo!!!
EliminarA esos padres habría que levantarles una estatua, porque vivieron para alguien que no fue merecedor de nada.
EliminarAdemás, no hay que creer ni la cuarta parte de su relato. Hay muchas imágenes (las voy a buscar en mi archivo) donde ambos padres junto a él reflejan en su mirada el amor que le tenían. Incluso hay una de Ramón teniendo a upa amorosamente a una de las nietas (no recuerdo a cual de las dos).
En cuanto tenga tiempo las busco y las subo.
Ni que fuera un personaje de Dickens...!!!!
ResponderEliminarMas bien un tipo que vio la forma de enriquecerse sin seguir el sacrificio del padre.
Y si en lugar de tomar fotos desde atrás de una ventana prueban con salir a dar una vueltita por ahí?
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