Una de las claves para orientar la investigación de la muerte de Alberto Nisman podría estar en la ropa que usó ese fin de semana el fiscal que había denunciado a la presidenta por encubrimiento. En la causa y, fuera de ella, pueden hallarse varios indicios que no resuelven el caso, pero pueden contribuir a encontrar un rumbo, junto a otras revelaciones de los últimos días, como los accesos a la computadora del fiscal, que al parecer se realizaron en horas posteriores a su muerte.
El misterio del pijama. Esta semana se conoció el testimonio de la prima segunda de Alberto Nisman, Ana Paula Garfunkel, a través de un libro que acaba de publicar. Allí revela que el pijama de Nisman no había sido usado durante la noche del sábado:
"Mi primo Alberto dormía con pijama. Al despertar cada mañana -como cualquier hombre-, se lo quitaba y lo dejaba tirado. Quien haya podido acceder a las imágenes de su dormitorio que constan en el expediente, descubrirá el pijama de mi primo doblado sobre una banqueta al costado de la cama. Ese detalle 'intrascendente' tiene una única explicación: mi primo Alberto, el sábado por la noche, no durmió en su cama. Estaba agonizando en el baño”.
Garfunkel contó que el detalle de dejar el pijama tirado en cualquier lugar era una costumbre de Alberto que le reveló su tía, Sara Garfunkel, la madre de Nisman.
La teoría de Garfunkel es que el fiscal nunca se acostó, y que eso no condice con la hora de muerte que arrojan las peritos oficiales que la ubican en el mediodía del domingo 18.
El pijama, como aparecen en las fotos que tomó la Policía, se veía doblado en forma prolija en una butaca del dormitorio y Nisman apareció muerto con una remera y un pantalón corto negro. Este detalle no sólo está en la causa documentada en fotos y filmaciones donde se ve el cuerpo, sino también en el testimonio de una de las últimas personas que lo vio con vida el sábado 17, el sargento Durán.
Hay tantos detalles , tantos indicios , tantas pruebas, de lo que conocemos, que es absurdo que no lo hayan resuelto. Particularmente pienso que todo fue hecho por gente muy torpe y que no hubo mucho planeamiento. Más bien fue un acto desesperado de la presidente, al sugerirlo u ordenarlo ,que fue realizado de forma muy poco profesional. Sobre todo los actos posteriores.Una manada de camellos en ese departamento, a la vista de todo el mundo. Porque para borrar huellas ,hubo tiempo de sobra, sin necesidad de ser tan obvios.Es todo muy raro. La actitud de los jueces al día de hoy también es muy extraña. Saben que son el blanco de todas las críticas, nuestras y extranjeras, pero actúan como si no pudieran hacer otra cosa.Van y vienen del Vaticano, buscando una salida, que por supuesto no van a encontrar. Mas tarde o mas temprano deberán enfrentar los hechos.Si hay algo de lo que estoy segura es que este crímen no va a quedar impune. Hicieron las cosas demasiado mal, no les puede salir bien.-
ResponderEliminarSe sabe y no se resuelve porque en su momento pusieron mucha plata en todos lados para tapar y esconder las pruebas. Supongo que ahora debe haber mucha mafia amenazante por detrás para que esto no se resuelva. Una pena porque la gente merece saber que pasó. A mi (particularmente), con la causa Nissan se me fue por completo la esperanza en la justicia de este país. Sería muy bueno que nos devuelvan la esperanza a todos y ni hablar a los familiares.
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