Marcelo Hugo Tinelli nunca tuvo un programa de TV

Marcelo Hugo Tinelli nunca tuvo un programa de TV. Tuvo una excelente coartada.

Después de todo, Showmatch cumplió el rol de la vaca que sacrifican para que se coman las pirañas mientras el resto del ganado cruza por otra parte del río. 

Así condujo 10 años y medio de Menemismo, le dio la estocada final a De la Rúa, se estrechó en un abrazo fraterno con los cinco presidentes que estuvieron una semana en el poder, fue más fan de Duhalde que Chiche, más Kirchnerista que Néstor y un ferviente admirador de las políticas inclusivas de Cristina. 

Detrás del carismático presentador de bloopers, cámaras ocultas, alfajores enteros en la boca y Pum para arriba, estaba el encargado de subirle y bajarle el pulgar a políticos, sindicalistas, empresarios, jugadores de fútbol, vedettes y cuanto espécimen anduviera necesitado de pantalla para dar su esperado salto. Hasta que de golpe, un día, de la nada, se encontró con una situación inesperada: perdió el olfato.

En un acto de torpeza, lo invitó al coleccionista de estatuas de Villa La Ñata a cerrar su campaña presidencial en vivo en su programa pensando que estaba todo cocinado y el que terminó ganando las elecciones fue Mauricio Macri. A partir de ahí, risas forzadas, que no decaiga y una rápida visita a la quinta de Olivos: "Hermosa reunión con un amigo de hace 30 años que hoy es el Presidente de los argentinos. Gracias por la amabilidad". Listo el pollo.

El conductor más influyente de la TV ARGENTINA se convertía en exalumno del Cardenal Newman aunque se haya criado en Bolívar y todo volvía a la normalidad. Pero no. Algo definitivamente había cambiado. Ancestralmente, los tanos perdonan pero no olvidan. 

En realidad, ¿quién podría olvidar que Marcelo es socio de Cristóbal López, el que se olvidó de pagarle $ 8 mil millones al fisco? El mismo que le dispara todos los días con munición gruesa desde esa trinchera televisada llamada C5N. Por eso, no seamos ingenuos. El rating de Showmatch no se estaría desplomando por un ejército de trolls del PRO que lo ataca en las redes sociales o porque le agarró una embolia cerebral en simultáneo al Chato Prada y a Federico Hoppe. Si se cae a pedazos es por una mala lectura del cambio de época.

¿Qué pensabas cuando invitaste a bailar a la abogada que defiende al delincuente que le robó USD 9M a tus propios televidentes? Existía la posibilidad de que esa gente que te acompañó siempre, quisiera cambiar de canal. Los anunciantes que antes hacían cola para saludarte y estar en tu programa, ahora miren para el otro lado. Y el zoológico que vos mismo creaste, ahora murmure en voz baja que lo último que necesita la AFA es un Julio Humberto Grondona con chupines! (Diario Libre/San Juan)

(¡Gx Juan!)