Jorge Rial: "Fue un año duro, pero aprendí mucho de las cosas malas que hice" (¿?)

El título tiene "gancho". Yo, el peor de todos es la flamante autobiografía de Jorge Rial , uno de los hombres mediáticamente más poderosos de este tiempo. Ese tipo de personajes que muchos prefieren tener de amigo antes que de enemigo. Sin embargo, él mismo se ocupa de relativizar el asunto, casi como pidiendo una mirada piadosa hacia el monstruo que supo construir desde la pantalla. "Muchos creen que soy el peor de todos y dan una lista de motivos para sostener ese mote. Pero si no se quedan en la superficie y rascan un poco ese barniz, van a descubrir que no es tan así, que hay un montón de otras cosas que no están a la vista", le explicó el conductor de Intrusos a Personajes.tv.

-¿Es un peso que te reconozcan de ese modo?

-No, he aprendido que, salvo que se trate de gente que realmente quiero mucho, la "visión del otro" no es más que eso, la visión del otro. Es respetable y hay que aceptarla porque uno está en un lugar de absoluta exposición, no puedo andar pidiéndole a la gente que no opine sobre mí, ni bien ni mal. Lo acepto y punto.

-¿Cómo definiste qué cosas contar y qué dejar afuera del libro?

-Lo fui escribiendo como me iba saliendo de las tripas...

-¿Cuándo comenzaste a escribirlo?

-En marzo, y lo terminé hacia fines de septiembre. Fueron meses de mucho laburo.

"Cuando tenés mucha exposición, en algún momento te la van a mandar a guardar. La clave está en mantener la calma o tratar de revertir lo que hiciste"

-¿Fue catártico?

-Catártico, terapéutico, agobiante... Pasé por todos los estados de ánimos. Hay capítulos en los que estaba enojado, capítulos en los que estaba feliz, en otros estaba triste. La verdad es que mi vida atraviesa este libro de una manera feroz.

-¿Recurriste a alguien de confianza para que te guiara u opinara sobre lo que ibas escribiendo?

-No. Lo que quería era poner en palabras lo que me devolvía el espejo, y si te ponés con alguien que te quiere siempre te va a decir "bueno, no estás tan gordo" o "no tenés tantas canas". No quería eso; buscaba hacer una biografía de verdad, no un rejunte de elogios.

-Cuando empezaste a escribir Yo, el peor... estabas en un momento difícil de tu vida...

-Muy difícil.

-¿Cómo lo ves a la distancia?

-Lo veo como un momento de debilidad mío, que fue aprovechado por gente que quiso sacar tajada, que metió mano, y que no tendría que haber permitido que lo hicieran. Por suerte logré darme cuenta, pude reconstruir mi vida y saqué adelante una relación que me hace bien. Pero la pasé muy mal; fue un año muy duro, pero aprendí mucho de las cosas malas que hice. Y espero no volver a repetirlas. No es fácil, pero voy a tratar de no repetirlas.

-¿Te sentiste muy vapuleado mediáticamente?

-Sí, pero son las reglas de juego. Cuando tenés mucha exposición, en algún momento te la van a mandar a guardar. La clave está en mantener la calma o tratar de revertir lo que hiciste; yo perdí la calma en un momento, pero también logré recuperarla. Volver a empezar y tirar de la cuerda otra vez fue lo más estúpido y lo más inteligente que hice.

-El libro parece estar dedicado íntegramente a tus mujeres: a tus dos hijas, Morena y Rocío, y a tu pareja, Mariana Antoniale...

-Sí, hablo de mis amores. Y también llego a la conclusión de que uno de los errores más comunes en los que uno cae es el de pensar mucho en uno mismo. Evidentemente en algo me equivoqué, en algo tuve la culpa. Ahora estoy bien, tratando de cerrar ese círculo.

-¿Siempre supiste que tu relación con Mariana era a todo o nada?

-Sí. Me acuerdo que el día que decidí presentársela a mis hijas, Mariana entró y literalmente se las tiré por la cabeza. Me fui a la cocina a escuchar la catástrofe, pensando en llamar al SAME y juntar los cadáveres, pero en lugar de la catástrofe, escuché carcajadas. Ahí entendí que había pasado algo bueno.

-Al día de hoy, ¿qué sentís por tu exmujer, Silvia D'Auro?

-Nada, absolutamente nada. Logré llegar a ese punto, superarlo. No hay sentimiento alguno.

-¿Por qué decidiste escribir tus memorias justo ahora?

-Creo que este libro viene a cubrir un poco ese silencio con el que mi papá me decía que me quería, y por eso tomé a gritos la palabra para decirles que estoy acá porque mis hijas decidieron elegirme. Mariana me puso de pie, y mis amigos me mantuvieron en pie.

-Recordás mucho a tu padre, ¿cómo creés que te vería él hoy?

-Mi viejo estaría orgulloso de mí. Era un gran lector, leía todo lo que le caía en las manos. Y estaría acá, llorando, porque además era un llorón como yo. Ese es el mejor legado que me dejó: la emoción. Lo único que no puedo recordar es su voz; me acuerdo de la sonrisa, de la postura y la forma en que caminaba, pero la voz no la puedo recuperar. Daría lo que me pidan por escucharlo un segundo.

"El psicoanálisis me salvó la vida. Ahí empecé a dejar de hacer todo por impulso"

-Venís de un origen humilde y te gusta darte ciertos lujos como viajar, vestir bien, tomar whisky importado, ¿sentís culpa por eso?

-Trato de vivir lo mejor posible, y busco lo mismo para la gente que quiero. No la pasé bien en el pasado, llegué a no tener para comer… Y al principio tenía mucha culpa, porque superar a tu viejo es muy duro, no lo podía creer, no lo podía concebir. Pero un día entendí que es lo que tiene que pasar; yo quiero que Rocío y Morena me superen en todo. Mi viejo fue mozo y nosotros vivíamos de las propinas que le daban los domingos. Había noches en los que ellos tomaban café con leche y yo comía; cuando les preguntaba por qué no comían me decían que era porque querían irse a dormir "livianitos"… Después pude entender.

-¿Te ayudó el psicoanálisis?

-El psicoanálisis me salvó la vida. Ahí incorporé la frase "dejámelo pensar", empecé a dejar de hacer todo por impulso... La idea es tratar de pasarla bien, me rompo el culo trabajando, genero cosas, entonces no tengo culpas.

-¿Cómo viene tu 2015?

-Viene con renovación de contrato con América y con La Red, hay planes para agrandar el negocio de la ropa, pienso meterme en el mundo digital con una plataforma en la que estamos laburando mucho... Algo periodístico que no tiene que ver con espectáculos, pero todavía no puedo contar mucho.

-¿Y en lo personal? ¿Habrá casamiento o no?

-Sí, tenemos ganas. Seguramente será después del verano.

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