Del más al menos corrupto: Mapa interactivo de América Latina

Uruguay y Chile son los mejores de la región; Venezuela es el peor

+ - 04.12.2014, 05:00 hsTexto: -A / A+

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En una escala que va del amarillo al rojo, el mapa de América Latina aparece en su gran mayoría de color naranja oscuro. Los tonos son una señal de alarma, pues responden a la escala utilizada por Transparencia Internacional para señalar el índice de corrupción que hay en los distintos países del continente y del mundo. En el marco regional, Uruguay y Chile son los mejor ubicados, y Venezuela es el peor, seguido por Paraguay. Argentina está peor que Brasil.

La escala del Índice de Transparencia Internacional divulgado ayer es del 1 al 100. Los números más bajos (representados con colores oscuros) indican un nivel inferior de transparencia o uno mayor de corrupción, lo que es lo mismo. Aquellos países donde el índice se acerca a 100 son los más limpios y están representados con colores claros.

Chile y Uruguay comparten el número 21 del ranking, con 73 puntos cada uno. Uruguay se mantuvo en la misma posición que desde 2012. Si bien esto se puede interpretar como una señal positiva porque no hubo caídas, la realidad es que esto no es buena noticia, pues cada año que pasa y las cosas no mejoran, es un año perdido en el proceso de fortalecimiento de las instituciones del Estado y en la mejora en la calidad de vida de los habitantes. Esa es la teoría que esgrimió Alejandro Salas, director regional de la ONG, en un artículo de análisis que acompañó a la divulgación de los resultados.

En el otro extremo está Venezuela, que con 19 puntos está en el lugar 161 del mundo. Allí las denuncias se suceden año a año. Precisamente, ayer, la Universidad Católica de ese país divulgó un informe al que accedió El Observador que revela que el 60% de la población desconfía del gobierno y el 75% asegura que las irregularidades son cotidianas en los procesos electorales. Esto sirve como botón de muestra de una realidad.

Lo que caracteriza a la región, de acuerdo con el análisis de la Organización, es que en varios países se han aprobado algunas medidas anticorrupción, pero su fin, en gran medida, es dar la imagen de que se está haciendo algo. Mientras, los grandes casos y escándalos que involucran a gente vinculada a las altas esferas del poder siguen siendo muy frecuentes en el bloque. (El Observador)