LOS LECTORES DE LA VENTANA DICEN...

"Hola, buenos días. Soy un lector asiduo del blog, por cuestiones de tiempo, es raro que comente, pero sí leo casi todo lo que sale y en las notas que me importan, también repaso los comentarios de la gente. Leí lo de Violetta y quiero dejar mi impresión, que puede estar equivocada.

Primero, es sorprendente que nadie dude de la veracidad de la nota y no se cuestionen por qué, el día de su cumpleaños número 17, Jorge Fontevecchia, el mismo que hace poco más de un año decidió mandar en un taxi que pagó Perfil, al fotógrafo León Szajman perseguir al Flaco Spinetta, hacerle la última foto cuando luchaba con su cáncer de pulmón, y luego publicarla en Caras ¿Será casualidad que revista Caras le pidió a Martina Stoessel hacer fotos ayer en su casa para mostrar el cumpleaños y la chica les dijo que no?

Yo estuve en el cierre de ese desfile del que habla la revista y nada de eso pasó. La realidad es que donde Martina llega, el lugar se revoluciona. Los chicos la quieren ver, tocar y sacarse una foto y muchas veces termina con sus manos todas arañadas porque los padres, con tal de conseguir esa foto o firma para su hija, la agarran de donde sea para pararla. No puede firmarles a todos, estaría una semana sin dormir…
Martina es una nena que a los 15 años, y de un día para otro, pasó de ser una chica San Isidro que pasaba sus vacaciones en Pinamar, a una celebrity en Argentina y el mundo. En su gira por Europa, batió récords de ventas de entradas y desde Lionel Messi, el Papa Francisco y los reyes de España, estuvieron con ella. 

Desde los tres años, ella se paraba frente al espejo y jugaba a ser una estrella de la televisión y de la música. Lloró muchas veces cuando su papá Alejandro, quien estaba a cargo de la tira Patito Feo, le decía: “No Tini, sos muy chica para estar en la televisión y bancarte tantas horas de grabación”. Sólo la dejó hacer unos bolos, algo menor, cuando hizo de hija de Paula Robles.

Pero Martina siguió con su sueño. Estudió canto, piano, baile. Una tarde, su papá llevó a Disney el piloto, una idea de programa, que había desarrollado. Para poder realizarlo, le pidió a su hija que le grabara alguno de los temas de esa tira juvenil. En Disney le dijeron que no tenían el espacio para su idea, pero que les interesaba la chica que cantaba en el demo. “Hace un año y medio que estamos buscando en Argentina la protagonista para una tira”, le dijeron sin saber que esa chica era su hija. Tini fue al casting, pasó e ingresó a la tira.

¿Qué hubieses hecho vos como papá en el lugar de Alejandro o de Mariana? Si mañana tu hijo de 15 años que hace la actividad que haga viene y te dice: “Mamá, papá, me eligieron en la escuela, en el club o en la escuela de baile para que sea la protagonista de tal o cual cosa” ¿Vos le dirías: “¡No, ser el arquero del seleccionado sub 15 lo único que va a conseguir es que quemes etapas de tu infancia!”, o lo vas a llevar al predio de AFA emocionado cuando ves que sus ojos le brillan en la Richeri?

Una tarde de otoño, cuando River le dijo que no podía pagar el tratamiento de crecimiento, Jorge Messi se tomó un avión a Barcelona, probó a su hijo en el club y dos meses después, lo separó de su mamá y sus hermanos para que Leo pueda cumplir dos sueños: crecer un poco más de estatura y ser jugador de fútbol. 

¿Alguien cree qué la vida de Leo no fue dura? Seguro. Ahora, si su papá no lo hubiese arrancado de su casa hoy posiblemente Leo tendría unos centímetros menos de estatura y manejaría un remis en Rosario o sería empleado en la caja de un banco.

¿Vos crees qué sería más feliz? Puede ser. También puede ser que no…

En su biografía Pep Guardiola, uno de los técnicos más exitosos del mundo, contó que a los 13 años de edad, luego de que sus papás dos veces le dijeran que no, armó sus valijas en su casa de Sampedor, un pueblito de siete mil habitantes de Cataluña, para irse a jugar al Barcelona. En sus noches en la Masía, el lugar donde duermen los chicos que juegan en el club, lo que más escuchaba era el llanto de los chicos que extrañaban el calor de su hogar. Muchos de ellos, llegaron a ser jugadores del primer equipo y formaron parte del equipo que revolucionó el mundo del fútbol. Lo mismo pasa con los jugadores de Argentina que desde muy chicos llegan del interior del país y viven en las pensiones de los clubes, lejos del cariño de sus papás y sus hermanos.

Soy papá de cuatro hermosos hijos (dos varones y dos nenas) y son muy chicos para decir si alguno tiene una habilidad fuera de lo normal. Por decisión propia los varones juegan en dos clubes de fútbol distinto y también por decisión propia, mi hija de siete años desde los tres se divierte y juega a ser una estrella en una escuela de baile. Ahora me pidió que la anote en canto y piano, algo que accedí y le dije que lo haga hasta que sea feliz. Desde los tres años baila en distintos escenarios y el año pasado cerró el espectáculo de su escuela de baile cantando sola, una canción de Violetta.
Mi hijo más chico es capitán y figura en su equipo de fútbol y él sueña con llegar a jugar en la Selección. Pero para ser jugador de fútbol, tendrá que renunciar a una adolescencia normal, no podrá salir a bailar y su grupo de amigos se va a reducir a sus compañeros del club. Mi hija, quiere ser cantante o actriz, algo que, por como se desenvuelve en el escenario, posiblemente consiga.

Por ahí, si llegan a destacarse, Noticias le dedique una ventana de tapa y vos, tomando mate en un sillón, agarres tu compu y escribas que yo, también soy un monstruo…"

Anónimo en la entrada "FRAGMENTO DE LA NOTA"EL SÍNDROME VIOLETTA" APARECIDA EN REVISTA NOTICIAS".