miércoles, 5 de marzo de 2014

APOSTILLAS DE UN DÍA MUY PARTICULAR...


Hoy, debido a que tenía muchos temas personales pendientes, decidí tomarme la mañana para mí y dejar para la tarde todo lo que a lo laboral se refería. Decidida y con mi mejor predisposición me lancé a la aventura diaria y me fui en coche hasta la estación de San Isidro, para luego tomar el tren... 

Y ahí arranca mi día tan especial...

Me dirijo a la ventanilla para sacar el boleto y cuando lo pido me dicen que no tienen, que se les habían terminado, y que me dirigiera a la máquina expendedora...

Camino hasta la máquina y cuando lo intento me sale un letrerito que dice fuera de servicio...

Vuelvo y hago la cola de la ventanilla de al lado, y cuando me toca el turno la empleada me dice lo mismo que en el caso de la ventanilla anterior, o sea, que vuelva a la máquina expendedora. Le explico que no funcionaba y me dice: "Ahora anda". Como me había propuesto transitar el día en una onda de paz y amor, no digo nada y vuelvo a la máquina, y era verdad, había comenzado a funcionar, gracias a lo cual, logré acariciar entre mis dedos el tan ansiado cartoncito (muuuy finito)...

A todo esto y mientras había esperado en la cola por ´una segunda oportunidad`, para ver si lograba hacerme del boleto, otro ´damnificado` me contaba que a él, cuando eso le pasaba, tomaba el tren, se bajaba en la estación siguiente y allí intentaba con la máquina del lugar, y si ahí también existía el mismo problema, seguía descendiendo en las estaciones siguientes hasta lograrlo. No sé el porqué, pero mientras me contaba esto se me representaba un viaje en carreta, de los que se ven en las películas...

Bueno, por suerte, y a esta altura, como ya dije, había logrado conseguir mi boleto... (En aproximadamente 20 ó 25` en total).

En Retiro tomo un taxi (voy a obviar el caos vehicular y el piquete con el que casi nos cruzamos) hasta las oficinas de una medicina prepaga de la que había decidido borrarme (esto es un tema aparte que alguna vez contaré, hoy prefiero silenciar los sinsabores por los que tuve que pasar para ´desasociarme`, y que ya venía padeciendo desde mediados de febrero, sin tener ningún tipo de respuesta). De allí, directo en otro taxi hasta el Consulado de España... Y aquí, algo especial...

Cuando termino de retirar un pasaporte, motivo por el que estaba allí, me dirijo al lugar donde estaba la ventanilla de informes (era tarde y no había público en ese sitio, sólo un hombre charlando muy animadamente con la empleada, acodado en el mármol de la ventanilla y por lo visto sin ningún tipo de apuro), nada me llamó la atención y me senté en una silla de las que allí había a acomodar un sinfín de papeles (de mi trabajo) que necesitaba para más tarde cuando estuviera en el Estudio. Y en ese lapso, entraron 3 ó 4 personas que miré muy distraídamente (yo estaba concentrada en lo mío) hasta que de manera casual vi que estaban clavando la mirada en el personaje que charlaba en la ventanilla y que se había dado vuelta y sonreía. Ahí lo miré... era un flaco extremadamente alto, sin ningún tipo de forma, parecía una lombriz...

Tenía una camisa color natural y un pantalón color crema, con un look muy clásico, pero lo que me llamó la atención era que el pelo necesitaba algún donante de varios kilos de shampoo, porque era una pegatina grasosa de lo más antiestética.

Me detengo a mirarlo y veo que me resulta muuuuy conocido... ¿Y quién era?... ¡¡Iván de Pineda!!!

Yo que no soy para nada cholula (aunque no lo parezca jeje), sólo me limité a observarlo prudentemente mientras terminaba de hacer lo mío, y lo que sí pude notar es que el madrileño (muchos no saben que nació allí) no tiene para nada ínfulas de famoso. Se lo veía muy sencillo y agradable en el trato con la gente que se le acercaba y a quienes respondía de una manera muy natural, sin ningún tipo de aire de divo, pareciendo incluso como que era un integrante más del grupo.

Cuando me fui, él aún seguía conversando con la gente...

En el consulado tuve mi momento de relax (párrafo aparte, todo funciona a la perfección en ese sitio), ¡porque lo que vino después...!!

Salgo de allí y tomo un tercer taxi en la puerta rumbo a Retiro para emprender la vuelta y tomar el tren...

Cuando me dirijo al andén 1, veo que estaba repleto de gente... ¿Qué había pasado?... Nada más y nada menos que se estaba incendiando un vagón del tren, con las puertas abiertas y cargado como ganado... Caos total...

Altavoces, susto, corridas al otro andén, esperas... etc. No lo voy a hacer tan largo, ya todos pueden imaginarse la continuación...

Y para restar dramatismo y darle un toque de humor a todo esto, les cuento que cuando llegué a destino, caminé unas cuadras por una avenida en donde había una casa de comidas en la que lucía un cartel con uno de los menús del día, ¿y qué era?... ¡¡¡Hamburguesa de porotos!!!

¿Alguien estaba enterado de que existen las hamburguesas de porotossssss???? ¿La mishiadura llegó hasta la carne picada?

¡¡Mire que es lindo mi país paisano!!



26 comentarios:

  1. Argentina, Argentina!!
    Si Julia hay hamburguesas de todo tipo de legumbre, a mi me gusta las de mijo son riquisimas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sé que hay hamburguesas de distintas cosas, pero lo que nunca se me hubiera ocurrido que... ¡¡las hubiera de porotos!!!

      No sé por qué, pero los veo incompatibles con el nombre jajajja.

      Eliminar
  2. Yo vivo en belgrano y nunca pago el tren ya que con todo lo que me afanan no pienso ser el unico tarado wue aporta mientras el resto sube gratis. La gente se desespera y ni suquiera espera la salida de la gente tan es asi que una pareja de bolivianos maleducados empijo una vez a una senora que intentata salir con su perro y le lastimo la cadera. Para peor nadie la ayudaba a levantarse. Yo casualmenye mañana yengo q ir a calle cordoba a explicar porqué decidi borrarme de una sociedad mutual. Lo mismo me pasa con personal que de tener un plan todo incluido mes a mes pago mas. Alguien paga 400 pesos por mes un telefono que solo uso dos numeros supuestamente gratuitos (free) e internet...teoricamente ilimitada.
    Vivimos como bestias (me incluyo).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabes cual es el problema que el subsidio al pasaje del tren lo pagamos todos los argentinos y para los que vivimos en el interior ese famoso subsidio no llega, yo vivo en Rosario y para ir a trabajar tengo que pagar un boleto de $ 3,60 de ida + $ 3,60 de vuelta , un total de $ 7,20 x dia y además le pago (con el aporte de mis impuestos) el pasaje a los vivarachos que viajan gratis. Asi es la Argentina para Todos y Todas. El esfuerzo lo pagan los que viven en el interior

      Eliminar
  3. da mucha tristeza vivir como vivimos acá en la capital,todo es muy complicado y la gente está muy loca.

    ResponderEliminar
  4. Las prepagas y obras sociales para lo unico que son rapidas y eficientes es para hacerte el descuento mensual en el recibo de sueldo o para taladrarte a llamadas quince dias antes del vencimiento del pago.
    Sep, hoy en dia se hacen hamburguesas hasta con berenjenas. Si te gustan las verduras o las legumbres son una buena opción para variar el modo de cocción.
    Por lo del tren...pasaste de turismo aventura a un susto mayusculo. Menos mal que no se incendió toda la estación. XD! Randazzo y su revolución ferroviaria sigue haciendo estragos...y pensar que hay militontos que lo quieren votar como presidente!
    Bueno, al menos en el consulado español tuviste suerte! Y de yapa una anecdota divertida para compartir!!! :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las de berenjenas son muy ricas, esas me gustan. Las de soja no las puedo digerir, es como comer suela.

      Y con referencia a los trenes, no conté todo, se hacía muy largo, todavía hay más.

      Hoy como decidí no andar apurada, tuve tiempo de observar lo que con el trajín diario pasa desapercibido. (aclaro para los "puristas", porque siempre alguno aparece, que es correcto decir DESAPERCIBIDO).

      Eliminar
  5. Julia vos tenes que pensar en el slogan:

    Argentina, un pais con buena gente, y se te va toda la bronca. cuak!

    ResponderEliminar
  6. Querida Julia, qué extraño significado le das a la expresión "decidí tomarme la mañana para mí"! Yo, que no soy ni por asomo tan laboriosa, la hubiera usado para una mañana dedicada a dormir, ir de shopping, leer, desayunar opíparamente etc.
    No puedo creer lo que comentas del cabello de Iván de Pineda. Me cae muy bien, a pesar de la papa perenne que tiene en la boca, y siempre lo consideré como alguien pulcro, además de educado.
    El resto de tu relato, en cambio, no me sorprende en lo más mínimo: el verano pasado, mientras el subte A no operaba, tuve mi propia experiencia en el Sarmiento y conocí el universo paralelo que son nuestros ferrocarriles.
    En mi caso, si sabía de las hamburguesas/milanesas/croquetas de porotos, lentejas, mijo, soja, etc.
    Ocasionalmente las compro, así como también espolvoreo con mezclas de semillas mis yoghurts y sopas en sobrecito. Me parece que de esta manera contrarresto un poco la ingesta de tantas porquerías.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sil, por ahora para mí es una utopía soñar con tomarme el día de esa manera jajajaja.

      Pero no pierdo las esperanzas, algún día lo lograré... (espero).

      A mí también me gusta mucho la personalidad de Iván, aunque me llevé una sorpresa con su cuerpo. Creía que era muy flaco, pero es más que eso, no tiene físico, es un piolín, finito finito y muy alto.

      Y lo del pelo me impactó, cuando lo veo por televisión noto como que lo usa muy pegado y pensé que podría ser algún tipo de gel o algo así lo que usaba, pero no, era chocante ver ese cabello.

      Lo de las hamburguesas también sé que existen de muchos sabores, incluso algunas he comido que no eran de carne, pero de porotos no sé por qué no lo puedo asociar con ellas.

      Bien por vos que buscás el equilibrio, yo en eso soy una negada, por suerte genéticamente no tengo problemas con el peso (¡menos mal! jajaja), sino sería una frustrada eterna.

      Eliminar
  7. Habría que ver que gusto tiene.

    ResponderEliminar
  8. te damos un dia libre Julia, pero uno solo eh?




    Perla

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Perla, pero creo que me resulta más liviano trabajar jajajaaa.

      Eliminar
  9. Julia, la próxima vez que tengas el día libre pasate por casa. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hummmmmmmmmmm.... ¿Qué pretende usted de mí? jajajjaaaaaaaaaa

      Eliminar
    2. Jajaja, se me había ocurrido tomar unos mates... que aburrido soy, por favor...

      Eliminar
    3. ¿Aburrido?? Nooooo, ser aburrido es otra cosa...

      Lo único que lamento es que el mate no me gusta jajajaa.

      Mi mamá es una gran matera, siempre le digo que parece uruguaya, y cuando yo era chica no quiso que ni siquiera lo probara por eso de no generarme la adicción, porque decía que era la única manera de protegerme de contagios ajenos jajaaa, eso sí, me obligaba a cebárselo y yo no quería hacerlo, porque quería ir a jugar, pero tenía que hacerlo y sus mateadas eran (y son) interminables y entonces se lo cargaba bien de azúcar para empalagarla y que lo soltara de una buena vez, pero no había caso, sólo me retaba diciéndome, ´al próximo ponele menos azúcar` ¿Te das cuenta por qué ODIO el mate? jajajja.

      Eliminar
    4. Ahhh, bueno, en realidad, a mí tampoco me gusta el mate, je. Mis compañeros de facultad tomaban mate hasta en clase, lo cual me parecía bastante desubicado, estando en una universidad. Y mi mamá prácticamente vive a mate.
      Ok, si no van los mates, algo se nos irá a ocurrir...

      Eliminar
  10. Ivan de pineda es muy buena onda y fui testigo cuando trabajaba en el alvear
    evento que iba , terminamos charlando un rato.
    a mi me cae rebien.

    y salir al centro es comparable a una película de "duro de matar".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal cual Gabriel, lo vivo en carne propia, 3 veces por semana estoy en el Estudio del microcentro (´una calle´ jeje entre Florida y San Martín). Lo que sucede es que no siempre viajo como hoy.

      Eliminar
  11. Imagino que los habitués de los trenes tendrán para escribir miles de anécdotas así Julia.
    Es toda una aventura viajar diariamente en el transporte público de la clase que sea y adonde sea.
    O más que aventura, es un drama!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal cual Penélope, pero a lo que uno no se acostumbra todavía es a viajar en trenes incendiados. Casi es de película de terror...

      Eliminar
  12. mira vos! yo trabajaba en el hotel nh florida ( calle san martín entre Av. Cordoba y 3 sargentos)
    tenia el edificio harrods (abandonado) y el shopping Galerías Pacifico.

    ResponderEliminar
  13. Uuuuy Gabriel!!, si habré dejado huellas (y plata) en Galerías Pacífico jajaja!!

    ResponderEliminar
  14. Julia, muy interesante este post, diferente.

    Lo que sí, estuviste mal en escrachar así a Pineda con su cabeza grasosa jaja.

    ResponderEliminar

Si sos KAKA no entres a este espacio. No sos bienvenido.

Derecho de admisión... le dicen...