SANTIAGO DEL MORO SACADÍSIMO: "¡NO ME ROMPAN LAS PELOTAS!"

El enfrentamiento entre los ciclos que conduce Santiago Del Moro por América, "Infama" e "Intratables" vs. "Cuestión de peso" (El Trece) —con Claribel Medina en la conducción— parece no tener fin. Los ánimos se han caldeado hasta el punto en el que anoche Del Moro exclamó en "Intratables": "¡No me rompan las pelotas!". La base de la disputa, que empezó hace tiempo y ayer tuvo un nuevo round, consiste en que Santiago acusa al programa producido por Endemol de utilizar la obesidad de los participantes para despertar el morbo del público a fin de conseguir rating. Por su parte, los de "Cuestión de peso" aseguran que Del Moro los critica porque compiten con "Infama" en la misma franja horaria. Ayer, la reyerta se agudizó a causa del ganador de la primera temporada de "Cuestión de peso", en 2006, Maxi Oliva, quien se presentó en "Infama" para declarar que actualmente padece obesidad mórbida y contar su calvario.

Maxi Oliva concurrió el jueves a "Infama" y ayer, fue invitado a "Cuestión de peso", donde volvieron a ofrecerle ayuda. Él quiere que se le practique la cirugía bariátrica, es decir, lo que vulgarmente se conoce como "bypass gástrico". Pero los profesionales médicos del ciclo de El Trece (integrantes de la clínica Cormillot) sostienen que el paciente no está en condiciones de someterse a dicha operación. Con independencia de esa cuestión estrictamente médica, Claribel Medina le cuestionó a Maxi su paso por "Infama". "¿No estarás demasiado frágil y ante cualquier llamado, tenés una actitud desesperada para contar lo que te pasa?", le planteó. "¿No será que en tu ingenuidad, no te das cuenta de que hay gente que puede aprovecharse de eso para hacer un escándalo?", le dijo. Y siguió: "Todos sabemos que este programa es discriminado desde muchos puntos de vista. A lo que quiero llegar es: ¿Por qué otro programa utiliza la misma fragilidad que critica?".

Como era de esperar, el conductor de "Infama" le contestó a Claribel desde su ciclo nocturno, "Intratables". Lo sorprendente fue la dureza con que lo hizo. Tras pasar el tape con los dichos de la conductora de "Cuestión de peso", arremetió: "¡No lo puedo creer Claribel! Nosotros hacemos un programa ("Infama") desde hace cinco años, y ésta es una nota más entre miles que hemos tenido. Yo no jodo con la gente, porque yo no le prometo que la voy a salvar de nada". "Los que prometen ayudar a la gente son ustedes. Y si nosotros no hacíamos esa nota —dijo en referencia a la entrevista con Maxi Oliva—, este pibe no estaba sentado ahí (en "Cuestión de peso"). A este pibe lo llevaron hoy porque ayer midió bien en 'Infama'". Fuera de sí, en un estilo muy diferente del que le conocemos, remató: "¡Así que no me rompan las pelotas!".

La diatriba de Del Moro contra "Cuestión de peso" terminó aludiendo también a la telenovela brasileña que acaba de estrenar Telefe, "Avenida Brasil", un tanque en materia de rating, con el que "Infama" y "Cuestión de peso" tienen varios bloques en competencia. "No me bardeen, porque un punto más o menos no me modifica en nada —sentenció—. Yo soy una persona honesta. Soy un papá que labura para mantener a sus dos hijas. Sé qué programas hago, pero yo no le prometo salud a nadie. Yo me puedo ir a dormir tranquilo porque no le prometo nada a gente enferma". Y añadió: "Es más, cuando hablan del éxito de 'Avenida Brasil', me duele, porque no es una producción nacional, como somos nosotros y ustedes —le dijo a Claribel Medina—. Me duele, porque ésa es plata que se va a Brasil. Pero no nos hagas quedar como los escandalosos, porque (a Maxi), el planito de las piernas, se lo hicieron ustedes. Hoy hicieron el escándalo con este pibe para tener rating".

Los programas, la planilla del rating, el fuego cruzado entre los conductores, la adrenalina de la tele, las repercusiones de las peleas... Y en el medio, la salud. Un combo muy complejo de manejar. Un equilibrio demasiado difícil de alcanzar, porque las variables en juego son heterogéneas y, en ocasiones, opuestas. La eficacia de la televisión como medio para difundir la educación para la salud ya fue probada desde la época del pediatra Florencio Escardó. Por esa línea siguieron Mario Socolinsky o Alberto Cormillot y, más recientemente, la Fundación Huésped, que dio una vuelta de tuerca y apostó a transmitir su mensaje a través de la ficción. Pero "Cuestión de peso" fue más lejos: se valió del formato estrella de finales de los '90, el reality show, para abordar la temática de la nutrición. Y ese formato tiene un requisito indispensable: participantes que expongan sus realidades en la pantalla y alguna forma de competencia entre ellos.

"Cuestión de peso" tuvo logros indiscutibles: impulsó el tratamiento de la llamada "Ley de obesidad" hasta lograr su sanción; les ayudó a mejorar su calidad de vida a numerosos participantes; nos enseñó a los televidentes a comer de un modo saludable. Pero es televisión y, en consecuencia, necesita una cuota de show para atraer al público. El dilema es el porcentaje de la cuota. ¿Quién decide cuál es el límite: los médicos o los productores? ¿Hasta dónde es aceptable correr el límite en una tele donde la lucha por el rating es cada día más encarnizada?

La problemática es delicada. Merecería una profunda reflexión y, en todo caso, un debate serio. Lo que no suma nada que merezca ser sumado es esta guerra verbal entre Claribel Medina y Santiago Del Moro. Es probable que la discusión contribuya a aumentar el rating de los programas de ambos, porque así son las cosas hoy en día: el club de la pelea mide bien. Pero si me dan a elegir, voto porque Claribel y Santiago les dejen esas riñas verbales a las vedettes de turno. A ellas puede servirles de algo trajinar la pantalla sacándose los ojos por un par de zapatos. Y en definitiva, no causan daño a nadie. Santiago y Claribel, en cambio, no necesitan de peleas a esta altura de sus carreras. Y para peor, la guerra entre ellos tiene daños colaterales: delicadas cuestiones de salud manchadas por el barro televisivo. Ojalá que lo piensen y se calmen.

Adriana Schettini para Clarín