En plena sesión de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Coparticipación Federal de Impuestos, mientras Ricardo Echegaray exponía sobre la modificación de la ley de ganancias, el senador Adolfo Rodríguez Saá vivió una situación inédita: una paloma le defecó sobre su saco.
Entre palomas y caca, hubo dictamen favorable para el proyecto oficial.
bien!!!una vez que los caguen a ellos.roxana
ResponderEliminarDicen, que es de buena suerte..
ResponderEliminarOjalá me toque a mi dos veces me cagó una paloma,y gané mucha plata.
ResponderEliminarOjalá me toque a mi dos veces me cagó una paloma,y gané mucha plata.
ResponderEliminarOjalá me toque a mi dos veces me cagó una paloma,y gané mucha plata.
ResponderEliminarQué buen inodoro se consiguió la palomita, eh?
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