"BenditO tú eres entre todas las mujeres"
Benedicto XVI y las monjas saleas que vivieron en el convento Mater Ecclesiae, que será la residencia de Joseph Ratzinger ya jubilado.
La nueva casa
Ya se sabe dónde vivirá Joseph Ratzinger en su retiro: el convento Mater Ecclesiae, edificio de 4 plantas en los Jardines Vaticanos, antaño la casa de los jesuitas que trabajan en Radio Vaticana.
No puede ignorarse que la cercanía entre quien será el Papa ejercicio y el Papa emérito provoca muchas especulaciones, no todas benignas, considerando lo que ha vivido recientemente el Estado pontificio...
La parte antigua del edificio consta de 4 plantas muy luminosas. En las 2 últimas hay 12 habitaciones, mientras que en la planta baja está la cocina y el comedor. Una sala de usos múltiples y una lavandería en el semisótano completan las dependencias de la casa.
Rodeado de jardines, las vistas del edificio son espectaculares. Desde la azotea se puede contemplar la ciudad de Roma y la cúpula de San Pedro, "Es un lugar muy agradable para vivir", según quien conoce el lugar.
En 1992 Juan Pablo II decidió convertirlo en un monasterio para que residieran allí por periodos de 5 años diversas órdenes religiosas de vida contemplativa y pudieran rezar por las intenciones del Papa.
La Orden de la Visitación de Santa María, conocidas como "las salesas", fueron las religiosas más recientes en pasar por el convento. Ellas regresaron a España a mediados de octubre de 2012 y desde entonces el edificio ha permanecido cerrado por obras. Cuando Benedicto XVI se instale allí después de pasar un periodo de tiempo en Castel Gandolfo dejará de ser un monasterio para convertirse otra vez en una residencia privada.
A diferencia del Palacio Apostólico, el convento —construido en piedra y ladrillo— es mucho más pequeño y austero. No hay decoración, salvo una vidriera con los escudos de varias órdenes monacales en la capilla, que se encuentra en la parte nueva del edificio, junto a la biblioteca y el coro. "Todo es muy sencillo, incluso hay partes en que el suelo está desnivelado", explicó la monja María Begoña, una de las siete monjas "salesas" que vivieron en Mater Ecclessiae.
Durante los tres años que duró la estancia de las "salesas" en Mater Ecclesiae, las hermanas no solo se dedicaron a rezar por el Papa y sus colaboradores, también le arreglaban sus sotanas, y de vez en cuando le llevaban "tartas de manzana y de chocolate", que son las que más le gustan a Benedicto XVI.
2 veces a la semana también enviaban al Palacio Apostólico las frutas y verduras que recogían en el pequeño huerto que hay junto al convento.
Parece un proxeneta y sus chicas.
ResponderEliminarJulines pone bien la foto porque tiene mala iluminaria y la monjita de la izquierda sale negra como la sotana que tiene puestas.
ResponderEliminarqué comentarios tan estúpidos....... Se ve que no les da para mas. Mejor no escriban.
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