“Decide todo durante la convalecencia de su madre” , señala la volanta del artículo enviado desde la corresponsalía en Buenos Aires, a cargo de Ramy Wurgaft.
Allí se relata que “durante los días que Cristina Kirchner estuvo internada, las decisiones más importantes del país se tomaban en la habitación 723 del Hospital Austral, donde un joven algo obeso, de pelo lacio y rostro inexpresivo recibía y hacía llamadas desde varios teléfonos móviles”. El texto relaciona la escena con la costumbre del fallecido ex presidente Néstor Kirchner de manejar “los asuntos más importantes por vía telefónica”. Y compara: “La diferencia está en que Máximo Kirchner jamás pierde los estribos y nunca levanta la voz”.
Al joven de 35 años lo describe como “ uno de los personajes más enigmáticos de la política argentina”. Además, afirma que “si algo heredó el primogénito de su padre es la creencia que a los aliados hay que vigilarlos bien y de los rivales conviene saber lo más posible”.
De Amado Boudou, la nota sostiene que “sólo ejerció un papel decorativo ” durante la internación de Cristina. “Máximo no sólo ofició de portavoz de la presidenta sino también de ángel guardián y de intérprete de su voluntad”, afirma el texto, que define a La Cámpora como “el pedestal” de Máximo. Y dice que el militante ‘camporista’ tipo es un universitario de unos 30 años que “ vive en un barrio ‘chic’ y sin ningún apego a la figura de Juan Domingo Perón” .(Clarín)