"Carta abierta a mis queridos lectores de La ventana,
Lamentablemente he recaído nuevamente en el tabaquismo, terrible adicción que te mata lentamente y se anuncia de una manera desesperada y trágica en forma de cáncer.
Me es ingrato considerar esta adicción como un terrible flagelo, pues muchas veces lo deseo como a una sensual mujer, me causa muchísimo placer llevarlo a la boca y sentir esa nicotina desparramándose por mi sangre causándome esa sensación de bienestar, con un cuerpo relajado y una mente abierta que se abre a un horizonte que me permite pensar sin fronteras, deleitándome en cada bocanada.
Esa placentera sensación que muchas veces es difícil de describir para la gran mayoría, se convierte luego en una puñalada trapera, donde cada vez más y más ganas de fumar se contrapone con un cuerpo que lo rechaza: tos, moco (muchas veces socialmente aceptado, y gracias a Dios en proceso de desestructuralización) dolores musculares, mal aliento... como un prospecto médico.
Afortunadamente he cortado muchas veces este idilio, a veces por años, pero creo que me he llegado a considerar un fumador crónico por el solo hecho de desearlo.
Es horrible convivir con la sensación y ganas de fumar asociado a la constante represión de ese deseo, puesto que en situaciones de vulnerabilidad recaigo en sus manos.
Es por ello que de una manera romántica y amena me propongo firmemente separarme desde lo físico y emocional de esta enfermedad agobiante. Una persona debe sufrir sólo por amor ya que es el motor que impulsa la vida misma, pero sufrir internamente por algo tan banal como un cigarrillo habla muy mal de mi persona.
He sorteado destinos que muchas veces me desfavorecieron, pero no quiero apuntar a ESE destino, no quiero morir por algo evitable, y de morir por ello, quiero llegar a ese destino habiendo luchado.
Estoy feliz de mi decisión porque sé que estaré permanentemente motivado a ella. Puedo jurar que cuando uno abandona un mal hábito aparece la hermosa RESILIENCIA y esta vez estaré más que preparado para gozar de ella.
Arrancaré lo emocional de mi cuerpo y desde hoy y para siempre puedo decir que HE PODIDO DEJAR DE FUMAR, porque por vez primera estoy en un idilio de cuerpo y alma.
Los quiero a todos."
¡Mucha suerte en esta elección de vida, estoy segura -leyendo el tono en que está escrita esta determinación- de que el éxito está asegurado! ¡Fuerza!
largo...
ResponderEliminara fuiste el,ese fuemador al que le respondi...bien x ti ojala
ResponderEliminarpueda estar en tru lugar, no lei todo esto.
pero el faso me mata..
te felicito.
nada que cer el culo conm el,pan rallado¿ ´perp que haces los wachiturros en en lo de repeto..¿ no eras cool???
ResponderEliminaraguanten los fideos con tuco-....
suerte al fumador, pero muy meloso el speach.
ResponderEliminarla gente con sobrepeso u obesidad tiene los mismos síntomas y la misma necesidad, además de enfrentarse a consecuencias igualmente nefastas.. tiene suerte, de última, este fumador ya que su vicio es socialmente aceptado y no tiene que cargar con las inseguridades ajenas traducidas en burlas, cargadas y hasta violencia física, además del rechazo social y amoroso a los cuales debe enfrentarse el gordo, esto hace que sea leve su sufrimiento, por decirlo de alguna manera..
ResponderEliminarEn EEUU venden una pastilla(recetada) que te inhibe la falta de nicotina. Y funciona. Mi jefe fumaba entre 2 y 3 atados por dia y con esa pasttilla dejo de fumar. De lo unico que se quejo fue que le dio pesadillas.
ResponderEliminarPero hace tiempo que no fuma.
Bien por él! Una sabia decisión.
ResponderEliminarSuerte
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