La pelea de suegras y yernos es un clásico argentino, pero la diferencia aquí es la mediatización de esta batalla. Sin embargo, pocos saben el origen de un enfrentamiento que llegó a los medios.
“Si mi mamá lo agarra a Santiago, lo mata”, se le escuchó decir en un audio -grabado supuestamente por un taxista- a Carmen Barbieri. La vedette se refería al enojo de su madre por la intención de su ex marido de visitarla tras la intervención quirúrgica a la que se sometió días atrás. La pelea de suegras y yernos es un clásico argentino, pero la diferencia aquí es la mediatización de esta batalla.
Hace nueve años, tras unos roces, la madre de Carmen le preguntó a Santiago: "¿Me querés?". El actor contestó categóricamente: "¡No!". Desde entonces, no cruzan palabra.
Nueve años de enfrentamientos entre Ana Caputo y Santiago Bal. Un largo tiempo de estrategias para que no se crucen. Un gran dolor para Carmen, al no compartir cumpleaños, navidades, estrenos, temporadas, etcétera.
Otro drama familiar para los Barbieri-Bal; que esta vez se hizo público también por una grabación de una charla entre la señora y un productor de Infama. En el audio, la viuda de Alfredo Barbieri hablaba sin mordazas sobre Santiago: “Este problema lo ocasionó este señor. Es un viejo pelot… Si he visto un hombre asqueroso y feo, es este señor. El tiene 76 años, le lleva 20 años a mi hija ¡Podría ser el abuelo este pelot...! “¿Qué no ha hecho esta chica por este hombre? ¿Qué hombre? ¡Es una cucaracha! Carmen está con ataques de pánico. Ha dormido 25 años con el enemigo”, sentenció Anita con enojo y pena. Pero pocos saben cómo se originó este enfrentamiento.
La historia secreta cuenta que nueve años atrás, en una cena con varias pizzas de por medio, y después de sentir Ana algunos roces, de la nada misma le pregunta a Santiago Bal: "¿Me querés?", a lo que el actor contestó categóricamente “¡No!”. Desde entonces, no volvieron a cruzar palabra, pero todo empeoró con otro malentendido.
Bal era el encargado de darle una mensualidad a Anita. Una vez ella no oyó el timbre, él tiró el sobre por debajo de la puerta, y eso fue tomado como una "ofensa tremenda".
Barbieri le pasa a su madre una mensualidad para sus gastos y su manutención. Cada mes, Santiago era el encargado de entregar ese dinero, le tocaba el timbre y se lo daba en mano. Uno de esos tantos meses, Bal llegó a la casa y nadie contestaba a los intensos timbrazos. Entonces, el ex Campanelli le preguntó al encargado por Ana para confirmar que ella estaba en su casa. Aparentemente, cuando la señora limpia, (es maniática de la limpieza) pone la música muy alta y no escuchó el llamado, por lo que el actor arrojó el sobre por debajo de la puerta, lo que ella consideró una ofensa tremenda. Desde ahí, jamás volvieron a verse y la relación se dio por concluida absolutamente.
Ana no conoce el departamento de Belgrano donde vivía su hija con su ex (a pesar de vivir a pocos metros). No fue nunca a ver a la vedette al teatro. Y todas las Navidades, Carmen viaja de Mar del Plata a Buenos Aires, para pasar las fiestas con su madre. Todo, para no tener un "cara a cara" con su "enemigo".
Tras el escarnio público y las pólemicas declaraciones provocadas por las malditas grabaciones, esta señora de 84 años no contestó nunca más el teléfono, jamás imaginó que semejantes dichos podrían ocasionarle un nuevo dolor de cabeza a la actriz. Carmen, acosada por la cinta. (Ángel de Brito)
Fuente: Ciudad
Soñé con Bal anoche, le alargué la vida.
ResponderEliminarla madre de barbieri le tenia ganas a santiago??!!
ResponderEliminarANA, VENDIO SU CASA PORQUE BARBIERI, LE PIDO LA PARTE CUANDO SE JUNTO CON BAL, ES MALA PERSONA SANTIAGO, SOBERBIO, CRETINO, ANA UNA SEÑORA QUE ABRIA LAS PUERTAS DE SU CASA A STRAY, LA ROCA ETC!!
ResponderEliminarNo creo que la pelea haya sido por estas cosas tan estúpidas, creo más en lo que dice la gallega. Ahora, como hija y como esposa, creo que mediaría de todas las formas posibles para un arreglo, no sé, la vida es tan corta y lo más fácil que hay es llorar al lado del cajón y ya es tarde. Pero bueno, cada uno sabe cual es su prioridad.
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