Elsa Ayala: "Massera me propuso dos noches de sexo a cambio de devolverme a mi marido". Video

Grave acusación contra Graciela Alfano

Elsa Ayala, cuyo esposo estuvo cautivo durante la dictadura, volvió a Intrusos y realizó durísimas declaraciones contra la actriz: "Vino a buscarme a mi casa, me pegó una cachetada y me dejó una granada". Mirá el video.

Video: laventanaindiscretadejuli

Elsa Ayala, es la viuda de Amílcar Hugo Melián (detenido desaparecido durante los años más oscuros de la Argentina), volvió a la carga contra la actriz en Intrusos.

Hace dos meses, la mujer también había contado en el programa de Jorge Rial un supuesto diálogo que habría mantenido con Graciela Alfano en una oficina de Massera en el centro porteño, cuando fue a pedir por su marido. Elsa Ayala había relatado que mientras imploraba por la aparición con vida de su marido, la actriz la habría interrumpido:

-Bueno basta, el Almirante está muy ocupado.

-Pero es la vida de mi marido.

-Bueno, no sos la única.

Dos meses después de aquellas declaraciones, Elsa Ayala volvió al piso de Intrusos para seguir contando más de esa oscura historia: "Quiero pedirle perdón a mi hija porque esto no lo sabe. Mi nieto sí: tiene 18 años y me sacó una mochila de encima. Cuando me fui de lo de Massera esa vez, él me volvió a llamar. Yo fui con toda la esperanza de que me dijera dónde estaba. Voy y me dice, tuteándome: '¿Vos querés recuperar a tu marido?', entonces agrega algo como 'amor con amor se paga', algo así. Y me dice: 'Yo te hago una propuesta: yo te doy a tu marido, vos me das dos noches de sexo'".

Ayala continuó, entre llantos: "Yo era una estúpida, 27, 28 años. Si me hubiera agarrado ahora o hace 15 años atrás... Le dije que no y es una culpa que vengo arrastrando hace más de 30 años. Por qué dije que no, es la pregunta que me hago todas las noches de mi vida, a lo mejor hubiera recuperado a mi familia (N de la R: Elsa relató que su marido apareció con vida varios años después, con 40 kilos menos y con signos de haber sido torturado, entre otras vejaciones)".

Elsa Ayala se quebró al intentar adivinar la reacción de su hija, que, a través de la televisión se estaba enterando del duro relato de su madre: "Pienso que la contestación de mi hija hubiera sido: 'Mamá, me privaste de papá'. Conozco a mi hija y adoraba a su padre, pero nunca hablé con ella de esto. Siento mucha culpa". Fue entonces cuando el conductor de Intrusos decidió mandar al corte, tras el llanto de su invitada (ver video).

Al volver de la pausa, Elsa Ayala siguió con su terrible relato y contó otro supuesto encuentro con Graciela Alfano: "Un día tocan el timbre y el encargado la hace pasar a Alfano y otro señor de civil. Abro la puerta y cuando la veo trato de cerrar y ella empuja. Estaba mi mamá conmigo, que se asustó muchísimo. Alfano le pidió muy amablemente que nos dejara solas y mi mamá se fue. Me quedé sola en el living con ella y me dijo que lo que era de ella, era de ella sola, y que no se lo tocaba nadie. Cuando quise contestar, me pegó una cachetada que me hizo la cabeza giratoria, me quedaron sus cuatro dedos marcados".

La viuda de Amílcar Hugo Melián agregó: "Alfano me dijo 'quedás debidamente advertida', con lenguaje militar. Siempre habla así, camina como militar, mira como militar, es un militar en potencia. Mirale los gestos, cómo habla, cómo se mueve. Yo era una estúpida y me quedé agarrándome la cara en vez de devolverle la cachetada y ella se fue. Pero el hombre que estaba con ella me dijo 'te dejé un regalo'. Entré y veo en la mesa ratona una cajita con una bocha verde con una piola y una argollita. Bajo y Alfano estaba dentro de un coche con el mismo señor, me miraba y se sonreía. Le tiro la caja y arranca ¿Saben lo que era no? Una granada". (Ciudad)
  
Y hay algo más aún...

Por último relató otro suceso, que de ser cierto pintaría a Graciela Alfano como un agente especial de las fuerzas armadas durante el Proceso. "La señora Alfano entraba a la brigada de San Justo, siempre, acompañada de alguien y llevaba chicas que supuestamente estaban en la misma situación de mi marido. Las hacía entrar desnudas. Eso pasaba cada diez o doce días. Y obligaban a los detenidos, hombres y mujeres, a masturbarse. Si se negaban, les ponían una funda en la cabeza y lo ponían piernas para arriba en el agua (mientras lo dice, acompaña con el gesto de una persona que trata de ahogar a otra). Ella presenciaba todo esto", finalizó. (Nuevo Diario)