Chiche Gelblung: “Tinelli derrapó y Susana se quedó sin plata”

Sin pelos en la lengua, un memorioso Samuel “Chiche” Gelblung habla de todo y contra todos. Ni las divas ni los número uno zafan de su veredicto.

En esta imagen se lo ve vestido de Pantera Rosa y con el dedito meñique levantado. Todo un estilo.

Escurridizo como pocos, y reacio a dar notas, el periodista más polémico y famoso por su carácter fuerte -que a veces es más una cuestión de postura que una realidad-, posa apurado para Semanario argumentando un compromiso posterior. Mientras, su guardaespaldas, una mole de dos metros con la cabeza tatuada, lo sigue con la mirada. Pero su buena voluntad dura poco y cuando encuentra la oportunidad se aploma en un sillón de Radio Mitre donde hace “Hola Chiche” y se predispone a una charla sin anestesia, terreno en el que sí se siente cómodo. 

Es que si hablamos de periodistas frontales, Samuel “Chiche” Gelblung es uno de ellos. Por más famoso o “divo” que sea, el legendario conductor de radio y tevé, carga tintas contra todo y contra todos y no le teme a nada ni a nadie. De hecho, hace una semana se animó a hacer un musical muy Moulin Rouge para “Sábado Show”. “Lo hice porque no tuve más remedio. Me insistieron tanto que me era más fácil decir que sí que negarme”, sentencia quien se califica como un personaje del prime time, y preocupado por la crítica de Beto Casella, quien lo catalogó de ridículo, arremete: “Ojalá no le tuviera miedo al ridículo. El que pierde ese miedo llega al cielo. Igual bailar no es ridículo. Beto es el ridículo. Un tipo que se pone pelo postizo, tiene brazos de maricón, y usa remeras escote en V no tiene derecho a criticar nada”. Y suma indignado quien vivió algunos años de su vida cantando: “Ni cantar ni bailar es ridículo. Cuando tenía 21 cantaba tango en un bar y me pagaban para hacerlo, así que no soy tan malo”. Malo no, pero polémico sí, y sin perder tiempo se prende al ping pong que le propone Semanario.

Semanario: ¿Marcelo Tinelli?
Chiche: En algunas cosas está en su mejor etapa, pero en otras está en zona de riesgo. Digamos que derrapó, como con el lengüetazo que le dio a Larissa Riquelme. A veces se expone demasiado a ciertas cosas que no necesita. Y me refiero a su galantería, y a su franela con las mujeres. A mí esas cosas me molestan. Pero reconozco que es el número uno caminando.

S: ¿Susana Giménez?
C: Lo de Susana es un show con entrevistas, un formato probado en todo el mundo. Pasa que este año no tiene plata para traer invitados internacionales como Richard Gere y trae personajes chotos. Si tuviese plata, tendría más rating.

S: ¿Mirtha Legrand?
C: Fue echada sin que se diera cuenta. Me parece grave. Yo creo que debiera estar en la tevé o al menos haber tenido la oportunidad de una despedida más emocionante.

S: ¿Graciela Alfano?
C: Creo que del Bailando es la más profesional de todos porque es quilombera. Tiene cierta impunidad de estilo que le permite transitar zonas de riesgo. Además, ella condiciona. Si ella habla bien, los demás hablan mal, y viceversa. Creo que es la que mejor juega. Claro que debe estar un poco loca. Nunca estuvo muy cuerda.

En cuanto a los dichos de Grace con respecto a su relación con Emilio Massera, Chiche esquiva el bulto. “Habló de más y se arrepintió. Hacer marketting con los tipos con los que se acostó y que están muertos es una vergüenza”.

S: ¿Nicolás Repetto?
C: Con la producción y la plata que tiene, yo haría 18 puntos dormido. Tiene un problema serio ahí. Usa una fórmula que fue novedosa en un momento pero que ya no funciona y hay que tener la ductilidad de cambiarla. La gente ya no quiere eso, y no digo que sea aburrido, creo que Repetto es mucho más que ese programa. Quizás, le vaya bien publicitariamente, pero para mí necesita unos ajustes.

S: ¿Wanda Nara?
C: Me parece simpática, pero Zaira no me gusta y su familia tampoco.

S: ¿Cristina Kirchner?
C: Hay cosas de ella que me gustan y otras que no. A veces me conmueve y parece inteligente.
Su celular comienza a sonar y la pregunta que le sigue se convierte en la última ¿Tenés enemigos? A lo que Chiche responde raudamente mientras que se sube a su auto con un desinteresado “supongo que sí”.