¿Te identificás con alguna? Seguro que con todas jajaja...
1. Somos enroscadas
Nosotras hacemos las mismas cosas que ellos, sólo que de manera más sutil e intrincada. Si queremos que nos regalen algo específico para un cumpleaños, empezamos a tirar indirectas. “Qué lindo sería tener una cafetera express”, “¿viste que suerte tiene Mariana?, el marido organizó un viaje sin que ella supiera”. No lo decimos porque queremos que solos se den cuenta. Ellos, en cambio, vienen con una lista punteada de lo que esperan, con los links de dónde comprarlo, para que nadie se equivoque y no haya malos entendidos. Lo último que quieren es llevarse una sorpresa.
2. Callamos lo que no hay que callar
Otra forma que tenemos de complicar las cosas es callarnos la boca. Cuando ellos se enojan, gritan, insultan, rompen algo y terminan con la cuestión. Es como si lo pusieran en el cuerpo. Nosotras, en cambio, acumulamos en silencio bronca y resentimiento hasta que un día nos ponemos a llorar porque una torta se quemó.
3. Decimos lo que no hay que decir
Mientras que ellos cortan con la discusión después de un rato a los gritos, nosotras la seguimos hasta el final. Una vez que empezamos, que soltamos la bestia, es imposible meterla adentro. Sacamos a relucir viejos enconos, metemos sus amigos en el medio, les recriminamos cosas que ya habíamos solucionado diez años atrás. Cuando nosotras terminamos, quedamos destrozadas. Ellos, en cambio, están leyendo un libro, con la pelea sepultada en el patio de atrás.
4. Miramos y escuchamos diferente.
Así como ellos no ven la mugre en la casa, no ven qué llevaba puesto la novia en un casamiento, cómo nos cortamos el pelo, o la botella que estaba en la esquina y acaban de tirar, nosotras miramos absolutamente todo. Rondamos, gavilanas, por todos los ambientes de la casa, y oímos, a lo lejos, hasta la conversación que tienen consigo mismos frente al espejo. Si mancharon la ropa, si tienen otro olor, si se peinaron para el otro lado, nosotras lo sabemos antes que ellos.
5. Vemos demasiadas telenovelas
Mientras que ellos miran películas de acción en las que al final siempre llega un helicóptero del cielo y arregla todo por arte de magia, nosotras miramos dramones en los que todo el mundo se muere, o vive separado por cincuenta años a causa de la guerra. En consecuencia, ellos tienen y viven una vida marcada por el género fantástico (la basura se saca sola, los problemas se arreglan mientras más se los ignora, la comida aparece repentinamente en la heladera) y nosotras, una signada por el drama (lloramos porque se nos cae una tarta al piso, lloramos porque estamos indispuestas, lloramos porque lloramos mucho últimamente y nos da vergüenza).
No somos tan diferentes. De acuerdo a cómo se encare, la misma anécdota puede ser #tipicodehombre y #tipicodemujer. Es como si dijéramos lo mismo, pero en otro idioma, con otra melodía. Un tono distinto.
Fuente: Bestiaria
los hombres tambien somos bastante complicados
ResponderEliminarEl 3 y el 4 ¿Los hicieron para mí?
ResponderEliminar¿Me vieron? jajaja
NO GRACE EL 3 ES MIO !!!!JAJAJAJAJA
ResponderEliminar1- El amor que me dió mi vieja, no me lo dio jamas nadie.
ResponderEliminar2- Nunca me pidio nada, cada vez que la llame contesto y no le importaba si era un premio nobel o un preso.
3- Me defendio asi no tuviera la razón y sería capaz de hacerse matar ella, antes que a mi.
4- Aparte de Mama, mujer, psicologa, medica, cocinera, jugadora de futbol, lavandera, servicio domestico y tambien cuando le queda tiempo libre puede hacer de abogada, medica ... una mujer que trabaja y poner toda la guita que hace en su casa.
5- Si alguna vez me senti hombre, fue gracias a los suspiros que me dio una mujer.
6- Hecha de dolor dan vida y encima con alegria.
Cuando algo es tan noble, alguna boludez tenes que encontrar y esas son la que enumeraron en el artículo.