La fiesta de un octogenario

Ayer en La ventana se dio parte del cumpleaños de un personaje muy famoso. Hoy te contamos los detalles:

Menem cumplió 80, entre lágrimas y el sueño de volver

Estuvieron Corach, Kohan, Gostanian y Sofovich; lo saludó Daniel Scioli

Festejo en la Costanera

Una orquesta improvisaba el "Feliz cumpleaños" con violines y bandoneones, mientras el tanguero Fernando Soler buscaba arrebatarle el micrófono al humorista Miguel del Sel. Carlos Menem lagrimeaba desde el fondo de una mirada distante, con el pelo teñido y una corbata rosa brillante, encorvado en un sillón de cuero. Del Sel gritó para animarlo: "Carlos, por favor, dejá de llorar".

Los mozos del restaurante Morena Beach, de repente, se ayudaron entre sí para acercar el último regalo: una torta gigante, color verde estridente, que simulaba ser un green de golf. En la punta, un muñequito canoso posaba con los palos, al lado del de otra figurita de mazapán que intentaba parecerse a su nieto Luca. El nene miraba con un traje hecho a medida a su abuelo, que tuvo que hacer fuerza para soplar la vela del festejo.

En un exclusivo restaurante de la Costanera, Menem ayer festejó sus 80 años. Lejos de las luces del poder, almorzó rodeado de su familia y de un puñado de dirigentes que alguna vez ostentaron influencia, e intentó mostrar que su proyecto político aún vive, hoy reanimado por repentinas coincidencias con el Gobierno.

Ayer, sin embargo, el ex presidente negó cualquier acuerdo. "Este gobierno es autoritario", insistía en medio de la fiesta. Después justificó sus votos en el Senado que favorecieron al oficialismo y contestó con risas si había chances de que fuera candidato kirchnerista. "Eso es imposible. En 2011 voy a ser presidente."

Pero en Morena Beach ayer no todos fueron tan optimistas. Hasta Carlos Corach se sinceró, mientras contaba que ya no volverá al PJ: "Hay cosas que se hacen sólo una vez". El ex ministro del Interior almorzó con Alberto Kohan y Francisco "Paco" Mayorga, al lado de la mesa principal, que, además de la familia, ocuparon Armando Gostanian y Gerardo Sofovich. El conductor llegó temprano, haciendo comentarios del Mundial, deseoso de que todo termine rápido para poder ver a Uruguay. En otra mesa, el ex arquero Hugo Gatti explicaba teorías futboleras. Menem también habló de las suyas. Y hasta dio su vaticinio sobre el partido de la selección contra Alemania. Varios presentes pidieron, por favor, que no se haga público el pálpito.

Mientras se acomodaban, Menem miró un libro de Juan Bautista Yofre que le habían regalado. No pudo recordar si lo había leído. Habló varias veces por teléfono antes de comer el lomo con papas, mientras tomaba vinos Trumpeter. Uno de los que lo felicitó fue el gobernador Daniel Scioli. Otro, el polémico militar paraguayo Lino Oviedo.

Para el festejo, Menem debió romper su cuidada reclusión, repartida entre su mansión porteña y el golf riojano. Por estos días, sus íntimos insisten en que le gusta su rol de "árbitro" en el Senado. "No hay acuerdos. Es sólo para levantar el perfil", repiten en su entorno, donde empiezan a confesar que ya sienten lejana la esperanza de volver. Ayer, varios argumentaban el pesimismo leyendo las tarjetitas de los souvenires con un mensaje nostálgico: "Un amigo es aquel que a pesar de la distancia se acuerda de los momentos importantes que vivieron". Adentro, Menem seguía lagrimeando mientras Flores cantaba tangos.

Agresión a un periodista de La Nación

• Uno de los miembros de la custodia oficial de Carlos Menem ayer tuvo una insólita reacción ante el cronista de La Nación que cubría el festejo del cumpleaños número 80 del ex presidente. Mientras el periodista hablaba con uno de los secretarios del actual senador por La Rioja, ofuscado porque el cronista había entrado en Morena Beach, el lujoso restaurante público de la Costanera donde transcurría la fiesta, el guardaespaldas se acercó sin hablar, intentó golpearlo y hasta lo pateó varias veces en las piernas, por la espalda.

Fuente: La Nación

Fotos: PuroShow