Lío también rompe matrimonios
Una pareja se divorció por "culpa" del jugador. Enterate de la insólita historia.
Lionel Messi no tiene más culpa que la de jugar al fútbol como nadie, si es que puede llamarse culpa. Pero sus cuatro goles frente al Arsenal se convirtieron en causa de separación irreparable de un matrimonio sudafricano que se peleó por el mando de la televisión.Bigboy Cheverevere es un fanático del Barcelona y del astro argentino y el martes llegó a su casa para ver el partido de la Liga de Campeones cuando se encontró con que sus hijastros estaban viendo su programa favorito, lo que encendió una discusión que acabó en divorcio.
"Vino a casa y exigió ver el partido de fútbol cuando mis hijos estaban viendo su programa favorito", dijo la esposa indignada al diario Daily Voice.
"Cuando ellos se negaron, él empezó a desconectar los cables y a soltar tacos", añadió la mujer, que se vio obligada a llamar a la Policía cuando su marido se negó después a apagar la televisión.
"No quería perderme el partido entre los dos equipos, pero mi esposa se quejó de que la televisión hacía mucho ruido", aseguró por su parte Cheverevere.
Bigboy quiere hacer las paces, pero su esposa Grace asegura que ya está harta y que después de seis años ha llegado la hora de separarse, aunque los goles de Messi y el fútbol del Barcelona no hayan sido más que la gota que colmó el vaso.
Fuente: MinutoUno
ESTO NO COMENZO POR EL PARTIDO,NO CREO!
ResponderEliminarno me suena creible y en caso de ser cierto, son dos tremendos estupidos.
ResponderEliminarcoincido con Penelope.
ResponderEliminarcoincido con penelope
ResponderEliminarLo que pienso:
ResponderEliminarEl matrimonio bien avenido es tolerante. Hay que aprender desde los primeros días de casado que todo debe ser consensuado y en lo posible de común acuerdo. Puede haber desacuerdos; pero no en cosas importantes o de másimo deseo.
No funcionan las intolerancias, ni de uno, ni de otra. El amor es prioritario de cualquier deseo particular. Debió abstenerse de ver el partido, y sacrificarse en aras del amor familiar y conyugal. No es fácil llevarse bien, pero se puede, y es una experiencia muy grata, y devolutiva.
Sin duda, su pareja viendo su actitud sacrificada, lo hubiese respetado aún más, y querido, porque un compañero comprensivo y bueno es querible.
¿Por qué vemos tantas parejas que se separan? Pues no saben vivir juntos!!!!
Así debe ser Sir Edu, sin ninguna duda, pero el problema es que cada día la gente se casa menos por amor. Es más, ya nadie se casa. Me parece que lo que prima en estos tiempos es la billetera.
ResponderEliminarYa nadie llora ni se suicida por amor... Eso pertenece a otros tiempos, ahora es más fácil hacer borrón y cuenta nueva. Lamentable, porque en el medio siempre quedan los hijos...
JAJAJAJJJJ!!! NO LES CREO..
ResponderEliminarJulia:
ResponderEliminarColectivamente, la gente se contagia debido a que el ser humano es un ser mimético por naturaleza.
Es cuestión de no contagiarse lo malo miméticamente, o sea por imitación de lo que se hace socialmente mal, según las modas, y ser individuo.
Los sentimientos están porque relacionarse es parte de una de las funciones de una mente humana, las otras son la intuición, la percepción, y el pensar, y luego puede haber especies extrovertidas e introvertidas.
Jung lo explica en su libro TIPOS PSICOLÓGICOS.
La moda actual es la que dices; "Billetera mata galán" (Dicho de Jacobo W.).
En época del Werther de Goethe era suicidarse por amor.
En ambos casos, ahora y en esos tiempos, hay mimesis o sea contagio social.
El amor es muy fuerte cuando es sincero y sentido, entonces suele ser permanente, asegura una unión duradera.
Mi esposa falleció, estuve casado muchos años con ella, primera y única señora hasta ahora, y por amor hasta el día de su fallecimiento. y aún la recuerdo con emoción.
Al margen, siempre me acuerdo de Chaplin, uno de mis idólos, que se casó a los 57 creo con Ona de dieciocho, ambos por amor, pocos les creyeron porque había casi cuarenta años de diferencia, pensaron que era sexo, pero esa unión conyugal duró más de treinta años y tuvieron muchos hijos, entre ellos Geraldine, la estrella.
Conozco otros matrimonios duraderos de no famosos.
Así que mejor no guiarse por la opinión y el criterio de los otros, sino por lo que uno sienta profundamente.
Sí, los hijos sufren muchísimo esta conducta antinatural de los padres que cambian de pareja casi como de ropa.