Un mail de Pamela

Las diez mil personas que se reunieron en el Defensores del Chaco sin otro propósito que orar por Salvador Cabañas y los miles de hinchas del América que hicieron lo mismo en su propio estadio me demuestra que lo que genera esto es su humildad.

Cabañas está lejos de ser Maradona. Cabañas no es el mejor jugador de la historia ni del mundo, ni de América y hasta no será el mejor de la humilde selección paraguaya. Tampoco será un santo, recuerdo haber visto algunas fotos de él con señoritas en situaciones non santas y estaba en un bar a las 5 AM cuando le disparan. Pero es humilde. Le han dado el apodo de “Mariscal” porque alentaba a sus compañeros de la selección a no conformarse con llegar a octavos o a cuartos de final en el Mundial, a luchar por más, pero ese liderazgo no lo llevó a reclamar el lugar de Capitán ni otra clase de reconocimiento. No habla de él en tercera persona. No cree que por visitar con una cámara su lugar natal forma parte del “pueblo”. No lleva una lista de los periodistas que lo critican (que al igual que en todos lados en Paraguay también hay periodistas deportivos que un día creen que sos el mejor y al otro te matan). No todos son triunfos para Cabañas, había errado un penal decisivo días antes del ataque que sufrió. Igual miles de hinchas mexicanos prefirieron recordar las alegrías que les dio al momento de ir a orar por él.

Perdón por la comparación pero no recuerdo que miles de aficionados se hayan reunido en el obelisco para alentar a Maradona en alguna de las veces que estuvo al borde de la muerte. No recuerdo que los hinchas del Nápoles hicieran cadenas de oraciones. Tal vez lo hicieron pero no lo recuerdo… Tal vez no era necesario orar por Dios…

Creo que un distintivo de los paraguayos es la humildad, muchas veces confundida con ignorancia. Por eso creo que Cabañas está lejos de ser Maradona.


Pamela