El engrasado nocturno
Ricardo Fort, todo lo que un “macho” no debe ser.
Después de recibir algunos mails, leer varias crónicas e ingresar en la disyuntiva si valía o no la pena dedicar algunos párrafos al personaje, entendí que uno se debe a sus principios y que desde la sociología o si se lo quiere, desde la mirada de cualquier observador, lo bizarro siempre tiene una explicación que merece ser compartida a través de una aguda descripción.
Y cuando hablo de principios, no me refiero a principios morales. Simplemente, a convicciones que tienen que ver con una línea de pensamiento y con criterios que se desprenden en las notas publicadas en Informes de Medios.
De ahí, la “osadía intelectual” de escribir sobre un personaje que irrumpe en los medios de comunicación con una estética absolutamente llamativa que no lo hace invisible a los ojos. Al contrario. Así, sus accesorios son el deslucimiento del hombre en sí mismo. La degradación del estilo. Y no por una cuestión de moda, ya que la moda es un parámetro relativamente ficticio e impuesto por las grandes marcas para fomentar el consumo. Porque tanto un hombre como una mujer es elegante cuando se ubica en la moda que le sienta bien. Y no en la que sigue el rebaño.
El exceso de anillos, collares, aros y cadenas que cuelgan entre el bolsillo del jean y el bolsillo del chaleco o campera, revela un esteticismo ostentoso. Lo mismo que el desborde muscular que necesita ser permanentemente exhibido.
Un cuerpo grasoso producto de un aceite untado con estoicismo. Una fritanga ambulante. Horas de gimnasio y de suplementos dietarios para llegar a ser todo lo que un hombre no debe ser.
Aunque el hombre tiene que ver con una cuestión de género y no con un estado de brutal testosterona. Entonces, los condimentos de Fort lo revelan como la antítesis del “macho”. Del varón.
Claro está, que varones, en la Argentina masculina anabólica, hay pocos.
Abundan los Fort con cuerpos que parecen calles empedradas. Individuos visibles como
vampiros, casi siempre por la noche, con el objetivo de subirse a la vorágine de la música electrónica y cuando el cuerpo más lo pide, algún cuarteto para poder agarrar a las ardientes utileras que se identifican con los adoquines de los pectorales y los ladrillos de los cuádriceps.
Los pantalones rotos como sinónimo de tendencia. En lo posible, bien ajustado en la parte genital. La camisa abierta para “lucir” un pecho terriblemente depilado y manoseado por las urgentes jóvenes y otras más maduras que ven en Richard una escultura deseada y engrasada.
Mucho gel en el pelo, un andar como si recién se hubiese bajado de un caballo y un tono de voz impostado que juega al seductor y cuyo mayor desafío en la vida es ver cuántas minas conquista por noche. Y a cuántas de ellas, se llevará a la horizontalidad. Cuántas podrán ingresar a la privacidad de un Ricardo Fort que en cualquier momento le vende a los medios las fiestitas caseras.
No es un caballero, mucho menos un varón. Es la antítesis del tanguero. Nada tiene que ver con la fascinación barrial. Con el “atorrante de barrio” que deslumbra por su simpleza y por su mirada cómplice que invita un café. Una copa de champagne o un delicioso bellini de acuerdo a las circunstancias y el lugar. O por qué no, una fría cerveza.
Un muchacho señor menos preocupado por el cuerpo al que se le caigan ideas. Que haya leído algo más que Revista Hombre o la legendaria Play Boy. Que haga reír a la dama por su inteligencia y no la haga sonrojar por ser un animal que cuando aparece en público con una chica jovencita dice: esta es carne fresca.
Pero los Ricardos Forts existen porque están las necesitadas de cámara, las “nenas de utilería”, las marginadas mentales y las lumpen emergentes que quieren, compulsivamente, subirse a una cupé. Sentarse con Jorge Rial o Viviana Canosa para contar su experiencia nocturna y la mercantilización de ser la acompañante.
Chicas que chupan una hoja de lechuga las veinticuatro horas del día. Y el permitido de la semana es una zanahoria de más.
Rubias en su mayoría gracias a la creación de innumerables marcas de tinturas en sus diferentes tonos de rubio aunque el platinado susanezco sea el más elegido.
Siempre de corto porque el largo es para ellas cosa de viejas y porque los Fort, necesitan mostrar a la compañera de turno. A su valor de cambio luego de atravesar la etapa de ser el valor de uso.
Bajo estas características que se asientan en los cambios experimentados en la noche de Buenos Aires, Ricardo Fort devino en un V.I.P mezcla del prototipo estadounidense con centroamericano que se destaca por la obscena ostentación material y la frondosidad corporal que tapa el precoz envejecimiento neuronal o lo que es peor, la inactividad mental primaria.
Y sí, hoy Informes de Medios ha decidido sumarse a la estelaridad esquizofrénica pero hábil del típico transeúnte que va, como dice la canción del auto Francis Smith, de boliche en boliche. Y que también, es un caso perdido pero merecedor, por el esfuerzo de exhibición, de ser descripto.
Fuente: Informes de Medios (Laura Etcharren)
Me gusta como escribe esta mujer.
ResponderEliminarme encanto lo de fritanga ambulante.
ResponderEliminarlo pinta de cuerpo entero, es un tipo muy vulgar!!
UNA OPINION,NADA MAS !
ResponderEliminarEXCELENTE!!!!!!
ResponderEliminarmuchas frases para decir que el hombre en cuestión no da hombre, es pura apariencia, frívolo, ególatra, artificial, y se rodea de jóvenes que con tal que se hable de ellas, se acuestan con el personaje para ir a intrusos o con canosa y cotizar mejor...eso ya lo sabemos...dice cosas que muchos hemos expresado y agrega otras, es un buen análisis, aquí venimos expresando todo lo que ella manifiesta...
ResponderEliminarMedio desganada y medio harta por la obscena sùperexposiciòn en los canales en cadena,en fotos,ahora en bloggs,de esta "cosa",mal llamada hombre,coincido con Laura y,supongo,xque no leì las anteriores notas,con todas.,en algo no coincido Laura.,la acompañante de turno,la de todas las fotos es morocha,Violeta Lo Re,una ignota vedettonga,ja¡ja¡ja¡.Muy lastimoso,muy¡Tiene este personaje tan poco atractivo,tan poco interès,aunque sea como fenòmeno,que no entiendo xquè le dan tanta bolilla.
ResponderEliminareste idiota aparecio hace un tiempo con una rubia diciendo que era su amor y que se pensaba casar para fin de año....y...?
ResponderEliminarpobre payaso, es un pobre grasa con guita que nos quiere hacer creer que es un machazo barbaro.
Apareciste? Lidiaazul,cansas.
ResponderEliminar1.) para mi es re gay este pibe.... no vieron que vive rodeado de "amigos" que tienen una apariencia de balas tremenda.
ResponderEliminar2.) cada vez que le compro un "paraguitas" o un "jack" a mi hija, me da una impresión tremenda porque se me cruza por la cabeza la imagen de este nabo jajajajaja.